El nuevo álbum de la banda Grizzly Bear lanzado este 2012 se posiciona como una de las propuestas más interesantes de este año, expandiendo sus fronteras en géneros musicales y atrapando a oyentes inquietos y agitados.
Por Diana Aldana
Canciones con fondo y bordes que atrapan en SHIELDS, el más reciente álbum de la banda Grizzly Bear. Después de 3 años desde su última producción vuelven cargados con canciones llenas de detalles y texturas.
El álbum es una inmersión en la soledad, la melancolía y la independencia reuniendo las fortalezas de la banda y experimentando sonora y visualmente, permitiendo a sus oyentes aislarse en ritmos nuevos y recorrer las melodías que proponen.
Canciones como “Knife” o “Two weeks” además de la curiosa propuesta visual, enlazan los oídos a las ondas que recorren la canción. Dejando un poco de lado el movimiento lento y la sutileza de las canciones pertenecientes a producciones pasadas, canciones como “Two Weeks” se sienten atrevidas y divertidas, tanto en experimentación sonora como visual.
Este aire “cool” que refresca los sonidos de la banda en medio de su melancolía hace que la banda oscile en varios géneros musicales, expandiéndose en distintas direcciones alcanzando oyentes fuera de la onda del indie y el rock.
Después de Veckatimes en el 2009 y de tomarse un año de descanso la banda se reunió nuevamente en junio del 2011 instalándose en el oeste de Texas armando su nuevo álbum entre el calor y el desierto. Tras largas sesiones nocturnas, dónde la temperatura les permitía trabajar se crearon las 11 canciones de SHIELDS.
Esté álbum es enérgico, agitado y sin embargo logra mantener la calma. Crean grandes atmósferas sonoras alimentadas de pianos, sintetizadores, voces y una batería potente. Desde la canción con la que abre “Slepping utte” y “Sun” con la que cierra, abarcan un recorrido complejo musicalmente. Oírlo propone una parada para escuchar cautelosamente. Paciencia y detalle son una propuesta fuerte en una contemporaneidad rápida.
La banda originaria de Brooklyn se formó en el 2002 y se compone de 4 integrantes, Daniel Rossen (vocalista, guitarra, bajo y piano), Chris Taylor (Bajo, coros, productor), Christopher Bear (Tambores, coros) Y Edwar Droste el músico cantautor de la banda. Con este álbum completan 4 discografías, y una trayectoria exitosa, donde sus experimentos sonoros al final de cada producción logran sorprender y atraer a oyentes.