Para algunos diseñadores de moda, hay momentos en la vida que les puede cambiar por completo el rumbo de sus aspiraciones o proyectos, y estos cambios se convierten en toda una gran experiencia que transforma no solo sus ambiciones profesionales, sino la vida de muchas otras personas en el mundo. Este es el caso de Bas Timmer, quien, en medio de sus estudios de moda, recibió una noticia que le sacudió por completo: el padre de un amigo suyo había falleció mientras dormía en las calles mientras había 8 grados; murió de hipotermia. El padre de su amigo murió mientras dormía al lado de un refugio para personas sin hogar que esa noche no había abierto sus puertas. El joven diseñador sintió una gran incomodidad, justo porque en ese momento se encontraba elaborando ropa de lujo exclusiva, entonces se percató de que algo no estaba bien y debía ser cambiado. Luego de eso, en 5 horas realizó una chaqueta con algunos materiales, le adicionó una pieza para convertirla en un saco de dormir y así nació el primer Sheltersuit.
Después de llevar el traje a un hombre que se encontraba fuera del refugio, este le mostró interés y le preguntó si lo podía compartir con dos personas que vivían en condiciones peores que él, entonces Bas Timmer prometió volver con otros trajes. Así, luego de reunir los materiales, recursos y donaciones necesarios Sheltersuit produjo sus primeros 100 productos, se asoció con el refugio y en el 2014 fundó Sheltersuit y ahora han sido capaces de mantener abrigados a más de 6.000 personas que viven en las calles sin posibilidades de recursos.
«Sheltersuit cree que todo ser humano merece calidez, protección y dignidad. Es por eso por lo que en Sheltersuit estamos trabajando arduamente para ayudar a las personas necesitadas produciendo y repartiendo tantos Sheltersuits como sea posible. Además, para ayudar a quienes están distanciados al mercado laboral, este proyecto les ha ofrecido mostrar y desarrollar sus talentos en el Taller de trajes de abrigo, todo mientras se intenta mantener el desperdicio de producto al mínimo».
Ahora, este gran proyecto se encuentra en los Países Bajos, Sudáfrica y Estados Unidos, y después de 7 años ofrece sus productos a la población local atendiendo a sus problemas y necesidades. Para el diseñador, la industria de la moda y los textiles es extraordinariamente derrochadora, por lo tanto, este proyecto es una oportunidad de tomar materiales de alta calidad y reutilizarlos en algo significativo, en algo que más que además de calidez, brinde a los seres humanos más necesitados, comodidad, seguridad, y dignidad.
El taller es un lugar de “costura social” en Enschede, donde trabajan con un equipo de empleados y voluntarios, muchos de los cuales están distanciados del mercado laboral. Allí se interesan en que las personas, en particular los inmigrantes que están distanciados de una vida laboral, sean más económicas y socialmente independientes. Esto les permite construir un futuro porque además de su desarrollo personal, contribuyen a un mundo mejor, fabricando trajes de protección para personas sin hogar y refugiados.