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“El arte de medir la tierra”. Ejercicios de agrimensura en la galería Lokkus

John Mario Ortiz, de la serie Ejercicios de agrimensura (Orbes), 2021. Detalle. Cáñamo sobre piedras y trípode en acero inoxidable. Dimensiones variables. Cortesía Lokkus Arte Contemporáneo. Foto: Felipe García.

Entre octubre y noviembre de 2021, la galería Lokkus Arte Contemporáneo, presentó la exposición Ejercicios de Agrimensura (Orbes), una muestra del artista John Mario Ortiz que, en diálogo con una serie de dibujos, bocetos y piezas escultóricas del maestro Eduardo Ramírez Villamizar, reflexiona sobre el tiempo, la formación de la vida, el arte y cómo entendemos nuestro lugar respecto al mundo que habitamos.

John Mario Ortiz (1973), es un artista en cuya obra vemos a menudo un impecable uso de los códigos abstractos para proponer piezas de una poética innegable. Heredero de los pioneros del arte abstracto y el minimalismo en Colombia como Eduardo Ramírez Villamizar, con quien comparte en esta ocasión el espacio expositivo, presenta para la galería Lokkus Arte Contemporáneo en la ciudad de Medellín, su trabajo Ejercicios de Agrimensura (Orbes), 2021. 

La agrimensura es la disciplina que se ocupa de la ubicación, identificación, medición, y valuación del espacio y su propiedad territorial tanto en su superficie como en su profundidad. La propuesta de John Mario Ortiz consiste en una instalación dispuesta estratégicamente en el espacio de la galería, conformada por nueve piedras encontradas en diferentes lugares de la ciudad mientras realizaba algunos recorridos cotidianos, y cuya distribución, “obedece a un juego en el espacio que evoca una idea de constelación, pero sin representar alguna en particular. En esa disposición se crea una situación que parece generada al azar pero que contiene algunas de las alineaciones de las piezas como ocurre en el espacio cuando se alinean los planetas”. Las piedras, que se soportan en delicados trípodes de acero inoxidable, fueron intervenidas en la superficie con hilos de cáñamo dibujando meridianos, paralelos, coordenadas polares, líneas geodésicas, entre otros trazados empleados para medir, dividir y ordenar el espacio sobre el globo terráqueo. 

Señala el artista sobre su trabajo:

«La obra ofrece un enfoque particular de la actual crisis que afecta a todo el globo mediante el empleo de un recurso natural perteneciente al reino mineral (las rocas), elementos habitualmente desdeñados cuando se habla de naturaleza, por tratarse de cuerpos inertes y sin vida en los que, no obstante, se activan procesos de transformación estrechamente comprometidos con el favorecimiento de la vida en nuestro planeta. Las piedras, conglomerados de diversos minerales, son símbolos de permanencia e inmutabilidad, sin embargo, comparten la misma condición transitoria y temporal de los seres vivos, la cual está sometida a fenómenos como la meteorización, que ocurren a escalas de tiempo considerables. […] Entre tanto, la acción de medir meticulosamente la superficie irregular de las piedras para luego trazar límites, plantea un gesto primordial que recuerda la práctica de la agrimensura, “el arte de medir la tierra” y evoca la hazaña de Eratóstenes de Cirene, el primer hombre en calcular la circunferencia de la tierra con la ayuda de una vara y la luz del sol»

Vista general de la exposición Ejercicios de Agrimensura (Orbes), 2021. Cortesía Lokkus Arte Contemporáneo. Foto: Felipe García.

Dibujos y esculturas de Eduardo Ramírez Villamizar en la exposición Ejercicios de Agrimensura (Orbes), 2021. Dimensiones variables. Cortesía Lokkus Arte Contemporáneo. Foto: Felipe García.

Eduardo Ramírez Villamizar, Caracol 1 y 2, 1980. Metal pintado. Foto: Ursula Ochoa.

Como artista, John Mario Ortiz comparte una visión multidisciplinar que desarrolla en sus trabajos, tal y como la tuvo el matemático, filósofo e historiador Michel Serres (1930-2019), quien manifestaba que “pensar es inventar”, y quien durante su vida buscó relacionar las ciencias exactas con las ciencias humanas advirtiendo la dificultad de aquella tarea debido a las resistencias y los prejuicios propios de ambas disciplinas en trabajos como El paso del Noroeste (1980), o Atlas (1994). Así, las obras del artista pueden parecer en principio enigmáticas, distantes, “frías”, extremadamente meticulosas,  propias de la concentración y del dominio racional, y, por lo tanto, alejadas de cualquier emoción; no obstante, aquella es una lectura superficial que divide, tal y como denuncia Serres, el rigor del pensamiento y la sensibilidad. Ambos, en cambio, aparecen en el trabajo de un Ortiz presente en el mundo, y quien, entre mediciones, esferas y retículas nos dice: “Sí, hay un mundo sensible que debe ser explorado, está allí afuera, pero también, helo aquí”. 

La exposición que fue realizada gracias al apoyo de la Galería Nueveochenta y la Corporación Eduardo Ramírez Villamizar, contó con el trabajo curatorial de Nicolás Gómez Echeverry quien al exhibir los bocetos y dibujos del maestro Villamizar junto con el proyecto de John Mario Ortiz, propone una lectura del arte como un ahora, con trabajos liberados desde la expansión del pensamiento y, paradójicamente, contenidos por el rigor formal que presentan las obras de ambos artistas. En este sentido, escribe el curador: “La narrativa del arte contemporáneo se plantea desde el quiebre con sus referentes de la modernidad, pero la posible genealogía de dos vectores históricos, comprueba que son limitadas las categorías que separan pasado y presente, y que la curiosidad que impulsa a científicos y artistas a comprender su universo acompaña al ser humano en todos los tiempos”. 

Vista de la exposición Ejercicios de Agrimensura (Orbes), 2021. Cortesía Lokkus Arte Contemporáneo. Foto: Felipe García.

Ejercicios de Agrimensura (Orbes), 2021. Detalle. Cáñamo sobre piedras y trípode en acero inoxidable. Dimensiones variables. Cortesía Lokkus Arte Contemporáneo. Foto: Felipe García.

Ejercicios de Agrimensura (Orbes), 2021. Cáñamo sobre piedras y trípode en acero inoxidable. Dimensiones variables. Cortesía Lokkus Arte Contemporáneo. Foto: Felipe García.

Por otro lado, reflexiones sobre el tiempo y el espacio, y sobre nuestra conciencia como pequeños habitantes del mundo, están implícitas en la exposición cuando encontramos formas de espirales en los dibujos de Villamizar como en “Rectángulo de oro” (1980) o “Caracol” (1980), que también hacen parte de nuestras gramáticas universales en las formas de las galaxias. En este sentido, la exposición nos aterriza en el plano físico con las piezas de John Mario Ortiz y los dibujos y pequeñas piezas escultóricas del maestro Villamizar que renombran aquellas estéticas abstractas de la modernidad, pero, así mismo, reflexiona sobre la vida y ese estar en la tierra para mirar al cielo y recordarnos en el universo. 

«Admirador de la fuerza y nobleza del metal, encantado con la pátina irrepetible con que el óxido y la corrosión visten la escultura, me resultaba difícil aceptar su carácter de elemento finito y perecedero. No fue fácil asimilar el hecho cierto de que mis esculturas morían paulatinamente. Pero el hierro mismo emerge íntegro y puro de la tierra y a ella regresa vuelto polvo y limadura. Y ese eterno retorno a la materia primigenia, ese lento peregrinaje a la fusión final de los elementos que acarrean la muerte, me parecieron cualidades tan naturales y absolutas, tan rotundas y bellas, que ahora no concibo mi obra escultórica sino inmersa en ese espectacular proceso. A esa ley inexorable no lograron sustraerse ni los planetas, ni las civilizaciones, ni nuestro cuerpo orgánico, ni los mármoles griegos. Tengo, pues, la hermosa convicción de que mis esculturas, después de toda una vida irradiando belleza terminarían por morir, confundiéndose con el escultor que las concibió y alentó, con los sustratos de la tierra». (Eduardo Ramírez Villamizar, En: Catálogo, Lamazone, Sura, sf, p. 40).

Eduardo Ramírez Villamizar, Rectángulo de oro, 1989. Lápiz sobre papel, 52 x 42 cm. Foto cortesía Galería Nueveochenta.

Eduardo Ramírez Villamizar, Ruinas circulares (Caracol), 1998. Metal oxidado, 17 x 30 x 12 cm. Foto cortesía Galería Nueveochenta.

Autor: Úrsula Ochoa


En su formación como artista ha realizado estudios en Historia y Teoría del arte del siglo XVIII; Periodismo cultural y crítica de arte, al igual que análisis de la imagen a partir del pensamiento Estético en Friedrich Nietzsche y Aby Warburg. Ha trabajado como crítica de arte en la sesión Palabra y Obra del periódico El Mundo. Escribe para la Revista Internacional de arte Artishock y colabora con la sesión de cultura de El Espectador. Actualmente se desempeña como curadora de contenidos y curadora de arte.

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