Construido en 1932, el Cine Teatro Brasil llegó a ser uno de los edificios más grandes del centro de Belo Horizonte. La edificación modernista jugó un rol importante en cuanto al desarrollo de las artes visuales, el cine y la cultura en la ciudad brasileña, no sólo por su deslumbrante estructura Art Decó que plasmaba la visión arquitectónica de la época, sino porque se constituyó como el espacio perfecto para llevar a cabo exposiciones y muestras que le abrieron una ventana a la experimentación en torno a las vanguardias artísticas.
Con el objetivo de convertir y reestructurar el elegante edificio, el arquitecto Carlos Teixeira tomó el proyecto del Cine Teatro Brasil y a través de un ejercicio de arqueología estructural, lo convirtió en un Centro Cultural, cuyo diseño además de conservar algunos rasgos originales, consiguió recuperar el techo escalonado que solía cubrir a la audiencia, al convertirlo en un salón de baile. El marco de hormigón que cubría el edificio internamente fue cubierto por pantallas translúcidas que transformaron el vacío frío y sombrío en un ambiente activo, que, sin duda apela a lo que es hoy en día: un espacio habitable.
El carácter innovador del nuevo Cine Teatro Brasil busca establecer una conexión entre la ciudad, sus edificaciones y todos aquellos que las habitan. Las distintas salas de exhibición, al igual que el nuevo espacio dedicado a la danza, dejan ver la variedad de capas presentes en el edificio, lo que ciertamente puede ser concebido como un ejercicio de memoria frente a esta obra arquitectónica. Ciertamente, la relación entre arte, arquitectura y ciudad, se supone, naturalmente, como el punto de partida perfecto para concebir y entender el potencial de este nuevo espacio, que promete transformarse y extenderse en pro de su público.
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