Esta frase del arquitecto Le Corbusier, hace parte de la musa creativa de ZETE, un estudio de diseño que, a partir de inspiraciones en la arquitectura, la naturaleza y el mundo que les rodea, ofrece una línea de mobiliario único, usando materiales nobles como la madera, “para generar una conexión entre las personas, la arquitectura y el tiempo”. Detrás de ZETE se encuentran el artista Iván Hurtado y el odontólogo Jorge Mejía, quienes unieron sus mentes creativas y emprendieron este proyecto de la mano de artesanos locales que se encargan de materializar cada una de las ideas que son presentadas como piezas llenas de belleza y gran valor.
El proyecto, cuentan sus creadores, empezó a concebirse en épocas de pandemia cuando había más tiempo para pensar y preparar ideas. Su primera experiencia en la presentación de sus piezas se dio en Casa Ensō, ubicada en El Retiro, Antioquia, y desde entonces continuaron desarrollando ideas concretas para sus colecciones.
Uno de sus proyectos destacados es la colección La Mer (El mar), que se trata de una serie de 7 mesas únicas elaboradas en roble y madera recuperada del mar a través de varios procesos, para convertirla en exclusivos objetos de diseño, que, “están cargados de historia e identidad”. Además, las piezas han sido tratadas con cera de abejas y aceites naturales, pintura a base de agua bajo VOC, dando como resultado un proyecto que no solo respeta la naturaleza de sus materiales, sino que desea proponer una mirada mucho más ecológica sobre el diseño mobiliario.
La Mer, ha sido inspirada en la belleza y la inmensidad del mar caribe que recorre las Playas del Francés (Tolú-Sucre), que fueron visitadas por estos dos creativos y encontraron en sus aguas, sus playas y sus habitantes, historias, paisajes y experiencias que nutrieron los procesos de creación de cada una de las mesas que representa esta colección.
Durante su búsqueda creativa, las historias de los habitantes jugaron un papel esencial, por lo que sus procesos están basados en los métodos que usan los pescadores de la zona para crear sus mobiliarios de forma empírica con maderas recuperadas de las playas. Así, entre historias, inspiración y mucha creatividad, bautizaron a cada una de sus mesas con un nombre diferente, encarnando cada concepto concebido desde la forma, el acabado y el detalle, para presentar una colección de bellas piezas conformadas por: la Mesa Tiburón, Mesa Tolú, Mesa El Francés, Mesa Sirena, Mesa Náufrago, Mesa Pescadito, y Mesa Ballena.