En el mundo que habitamos hoy cada día crecen más edificios en vez de árboles; las grandes ciudades reemplazan espacios verdes por autopistas y concreto, y los seres humanos se alejan más de la naturaleza. Por fortuna, existen personas que están comprometidas por traer vida a los espacios citadinos e incluso a objetos cotidianos que parecen que hubieran nacido de semillas mágicas en tierras fantásticas.
Una de estas personas es Elisa Triana, quien estudió diseño de jardines en Barcelona y llegó hace dos años del país vasco para pintar con flores y plantas el espacio que la rodea. Con su llegada nace Yarumo, un proyecto que florece del amor de Elisa por el arte y la naturaleza.
Objetos geométricos cuelgan del techo como enredaderas, mesas y espejos que dan la sensación de estar en una umbría encantada, y hojas de plantas enmarcadas transforman áreas y paredes llenándolas de energía vital, subsistiendo en el fluir de los elementos esenciales: tierra, agua, aire y fuego.
Los materiales manejados son vidrio utilizando la técnica Tiffany y ornamentación acompañados de vegetación creada a partir de peperomias, helechos, fitonias, ficus, tillandsias, palmeras, orquídeas, entre otras. La diseñadora busca la armonía en el conjunto de las plantas y los materiales empleados.
Elisa está trabajando en su próxima colección, en la cual está explorando distintas técnicas y materiales como la madera y el vidrio soplado con el fin de obtener distintas combinaciones, texturas y formas. Así mismo, hace colaboraciones con diseñadores locales como Natalia Bahamón y contiguamente con Papel de punto.
Sus piezas se pueden encontrar en The Blue House, Ogliastri taller de flores, Made in Concepstore y en la tienda del museo MAMBO.
El trabajo de la diseñadora se convierte en pequeñas y delicadas obras de arte que decoran espacios que dan la sensación de estar en jardines portentosos.
IG Yarumo