La transformación del hombre en bestia es un aspecto central de los rituales paganos tradicionales que celebran el ciclo de las estaciones, la fertilidad, la vida y la muerte.
Cada año, en toda Europa, desde Escocia hasta Bulgaria, desde Finlandia hasta Italia, de Portugal a Grecia a través de Francia, Suiza y Alemania, la gente literalmente se puso en la piel del “salvaje”, en las mascaras que recogen el pasado. Al convertirse en un oso, una cabra, un ciervo o un jabalí, un hombre de paja, un demonio o un monstruo con garras de acero, estas personas celebran el ciclo de la vida y de las estaciones. Sus trajes -hechos de pieles de animales o de las plantas, están decorados con huesos, cuernos o astas- nos sorprenden con su extraordinaria diversidad y belleza prodigiosa.
El fotógrafo Charles Fréger viajó a dieciocho países europeos en busca de la figura mitológica del hombre salvaje: Austria, Italia, Hungría, Eslovenia, Eslovaquia, España, Polonia, Portugal, Alemania, Grecia, Macedonia, Bulgaria, República Checa, Suiza, Croacia, Finlandia, Rumania y el Reino Unido.
Charles Fréger es reconocido como uno de los fotógrafos jóvenes líderes en Europa, con sede en Rouen, Francia. Su trabajo se ha dedicado casi exclusivamente al retrato. Ha publicado numerosos libros incluido el famoso Légionnaires Portraits photographiques et uniformes and Empire.
Link de interés: Charles Fréger
Este artículo fue publicado en nuestra edición impresa N. 22. Algunos de nuestros contenidos aún son exclusivos del papel. Para disfrutar de ellos, te invitamos a suscribirte AQUÍ.
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