El desastre del edificio Rana en Dhaka, Bangladesh, en el que murieron más de mil personas, cambió la forma de percibir el negocio de la moda y, por lo mismo, generó una serie de cuestionamientos en torno al impacto del fenómeno conocido como fast fashion. Fue así como nació Fashion Revolution, un proyecto que busca generar consciencia frente al consumo de moda, a través de iniciativas que exploran la historia de la ropa, la naturaleza de los materiales y su huella en el medio ambiente, la situación de la gente que usualmente la confecciona, y el acto de comprar y desechar propio de nuestra sociedad.
#WhoMadeMyClothes, uno de sus hashtags oficiales, pretende enfrentar a las grandes marcas para que éstas se den cuenta que el consumidor está interesado en la totalidad del proceso de producción de la ropa. Se trata de un movimiento que exige transparencia y que apela a la implementación de políticas que apoyen una cultura de consumo responsable, alternativo y, sobretodo, sostenible.
Diseñadores, creativos, modelos, periodistas, bloggers y directivas de grandes marcas se han sumado a esta iniciativa con el objetivo de construir un circuito de moda ético, en el que no sólo se garanticen los derechos laborales de los trabajadores, sino en el que también sea posible trazar la historia de cada prenda. Esta información no suele ser consultada por los consumidores, pero casi siempre está presente en las marquillas de la ropa. Y esto es precisamente lo que busca Fashion Revolution con #WhoMadeMyClothes: visibilizarla.
La idea de revisar las marquillas tiene como propósito impulsar a aquél que compra las prendas a investigar más sobre la marca que está apoyando, desde la ubicación y las condiciones de sus fábricas hasta la historia de sus trabajadores. Esta campaña, además de incentivar a una serie de marcas a modificar sus procesos de producción, ha fomentado el crecimiento de pequeñas marcas con cadenas de producción éticas y sostenibles, que se presentan como una alternativa para las personas que quieren apoyar la industria local.
#WhoMadeMyClothes ha abierto un espacio para que se promuevan otras formas de moda que tengan en cuenta las posibilidades de las prendas, sus posibles usos y re usos. Esto, con el fin de darle valor a la compra de ropa usada, vintage, o a la recuperación de la materia prima para la confección de nuevas prendas. El momento para reflexionar es ahora. Es importante ser consciente a la hora de comprar y elegir qué queremos tener en nuestro closet. ¿Qué espera para unirse a este proyecto que busca generar un cambio positivo?
Links de interés: Fashion Revolution Colombia