El Fort Vuren Bunker holandés de más de 200 años que sirvió de resguardo para las tropas militares en la primera y segunda guerra mundial, es hoy un comodísimo y sobre todo acogedor one- bed, bed and breakfast hotel, gracias a la firma de arquitectos belga, B-ILD.
Desde la entrada, situada en medio de un amplio campo agrícola, solo se percibe la estructura de hormigón gris que se asoma, tímida, entre tanto verde. A su lado se ve una tentadora terraza de madera con muebles de jardín y un ambiente incomparable de tranquilidad absoluta. El área de este curioso proyecto que inicialmente se concibió como parte de una campaña publicitaria, es de 9 metros cuadrados y tiene 2 metros de alto, ya que la idea principal era poder darle a cuatro personas un espacio donde pudieran moverse perfectamente cómodos sin problemas.
Teniendo en cuenta que es un espacio tan reducido, sus diseñadores decidieron hacer que todos los muebles que allí se encuentran se pudiesen mover de lado a lado, de la manera en que los invitados lo deseasen, ello con el fin de optimizar el uso del espacio y brindarle a sus habitantes el mayor confort posible. Sus paredes de acero reforzado, que cumplieron por muchos años la difícil tarea de proteger a los soldados del enemigo, hoy resguarda a los privilegiados huéspedes que pueden disfrutar de este paraíso. El hotel cuenta con cuatro camarotes, luz fluorescente, acueducto y demás servicios básicos. Además su atmósfera es tranquila, perfecta para aquellos que buscan alejarse del trajín y encontrarse con la naturaleza.!
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