Escrito por: María Fernanda Carmona
Fotos: Cortesía Haveli Mansión Hindú
India es un país lleno de colores, sensaciones y texturas que sobresalen en cada uno de sus rincones. Contrastes que se reflejan en el ambiente y que hacen de esta región un lugar sublime y anhelado por un sin fin de personas alrededor del mundo. Entre la amabilidad de la gente y el aire de espiritualidad que se respira en las calles, se percibe una inmensa ola de refugio que conecta a cada ser con su interior y lo conecta con esta cultura milenaria. Es allí donde comienza el sueño de dos familias, una colombiana y otra natal de la India, que se unen para crear Haveli Mansión Hindú, un lugar en donde se concentran los mejores productos de esta tierra.
En su enorme variedad se encuentran los tejidos textiles. Al ser India una gran exportadora de algodón, este material es utilizado con regularidad en telas blandas como toallas y sábanas. La gran mayoría de algodones proviene de la zona del Himalaya y del desierto de Jaipur, en donde son seleccionados con cuidado para garantizar su calidad. Su proximidad con Tailandia ha permitido que manejen un mismo tipo de seda, calificado como el mejor del mundo. Igualmente, es posible encontrar terciopelo que cobra vida en sus telas para crear una sensación de elegancia, y organza, un textil parecido al velo clásico que, debido a su suavidad y frescura, es utilizado para fabricar prendas de vestir, cubrecamas y manteles.
Como existen diferencias entre religiones, creencias y culturas, también hay distinciones entre técnicas utilizadas en sus tejidos textiles. Una de las principales es el estilo Batik, característico de la región asiática. Esta práctica utiliza cera para sellar cada uno de los colores que se quiere plasmar sobre la tela con la ayuda de un pincel. Esto, con el objetivo de aprovechar las coloraciones naturales que provienen de semillas y flores. Dicha técnica es muy apreciada por artesanos, ya que genera colores cálidos y refinados.
El bordado, un tipo de calado que nace en la era del Imperio Persa en Afganistán, Pakistán e India, está presente en objetos como mantas, prendas y cojines. Los bordados son hechos por mujeres de aldeas cercanas a Mumbai y Jaipur, y están inspirados en los vestidos de novia típicos de la región. Se necesita un año y medio para elaborar un tejido textil, y en algunas ocasiones se mezclan algunos bordados con telas para crear combinaciones entre lana y terciopelo, o algodón con seda.
Por otro lado, está la técnica del Patchwork, parches unidos por una lógica entre color, textura y forma. Cada artesano analiza previamente cómo unir una a una las piezas, intentando no mezclar tantas técnicas para que ninguna pierda su protagonismo. Haveli, al tener contacto directo con las comunidades, tiene la posibilidad de acercarse más a las historias que existen detrás de los productos, la forma en la que se hacen, su simbología, y las manos que los trabajan, lo que permite mantener el contacto con esa India artesanal que aún, después de siglos, sigue vigente.
India es uno de los países cuya historia y cultura son consideradas de las más antiguas del mundo. De ahí su búsqueda por encontrar un balance universal. En sus textiles se representa un ideal de respeto frente a la tierra y los hombres por medio de diseños florales y naturales. Entre ellos se destacan formas como la caléndula o la flor de loto, admirada por su esencia espiritual y su indiscutible pureza, y la semilla del árbol de la vida que, para Colombia, sería como el Edén. Esa planta que nos ofrece su sombra y nos permite vivir en la tierra.
Los animales también ocupan una parte importante del diseño. En muchos casos se acompañan de árboles como si se tratase de un jardín. Entre los más significativos están los pájaros y, sobretodo, los elefantes. Este último, además de ser un ícono de su cultura y una representación de sabiduría y presencia, existe como Dios en la religión hinduista bajo el nombre de Ganesha.
Finalmente, se destacan dos atributos propios del diseño textil hindú. Por una parte, la incrustación de pedrería, lentejuelas y espejos, estos últimos en los textiles más pesados. Todos los materiales provienen de comunidades remotas del vasto territorio. Esto, con el fin de promover el trabajo de técnicas milenarias de incrustación de piedras propias de la región. Por otra parte, el 90% de los tejidos y telas son de doble faz, lo que genera fuertes contrastes y juegos visuales entre figuras, colores y patrones.
Ciertamente, esto le da un nuevo potencial al objeto decorativo: aquél de adornar distintos ambientes. Cada uno de los tejidos textiles cuenta con una simbología diferente. Es por esto que acercarse a ellos en espacios como Haveli Mansión Hindú se vuelve una experiencia única de intercambio cultural y enriquecimiento visual.
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