Hoy descubrimos un auténtico crisol de formas, sonidos y colores. La música y el concepto visual tras The Architect están plagados de sorpresas e intenciones. El aperturismo global nos trae muchas veces sorpresas como este “Une plage sur la lune” (X-Ray Productions, 2020). En definitiva, un peregrinaje creativo de un autor que primero creció entre toneladas de vinilos, luego los mezcló con su raza, sus beats y ahora por fin los regenera creando sus propias canciones. Además de un entorno gráfico bastante cromático y llamativo, desde funk, jazz, ragga dub, cumbia, electrónica, raíces brasileñas y del Magreb vamos a encontrar en la singular propuesta de este, por otro lado, misterioso personaje.
Lo complejo resulta radiante
En tiempos tan complicados, delicados como los que seguimos viviendo en este 2020 se agradecen discos que nos disparen vibraciones cálidas y positivas. Así sucede con este también componente de combos como L’Entourloop y Bloc. DJ Mongkut, así se hacía llamar en un principio este humano ‘junkie’ de las cubetas repletas de discos de todo el mundo que se curtió entre Technics combinando infinidad de ritmos derivados del soul, reggae / dub, o jazz. Con el tiempo se hizo todo un maestro de los beats entrecortados (hip hop, downtempo) y el arte del ‘sampling’, es entonces cuando deslumbra con aquel primer trabajo en 2013 de título “Foundations” (Face B), donde se esconden hits como “Les Pensées” o “Dreader Than the Dread” con Skarra Mucci & L’Entourloop. Es ahora en junio de 2020 cuando por fin regresa a lo grande con el ya mencionado “Une plage sur la lune”.
Video-clip “Run” ft. Reverie
Se trata de un álbum que lo barre todo. Quince cortes plagados de ritmos interactivos y un sinfín de huellas. Los primeros singles ya marcaron el paso. “Run” (con Reverie), “Darling” y “Watch Me Dance” harán las delicias del hip hop instrumental sin prisas y sin pausas. De acuerdo, y sin complejos también. Humeante, cálido y atiborrado de samples extraídos de quién sabe dónde. Sobre todo rarezas, pellizcos robados que solo un ‘urbanista’ musical como The Architect es capaz de edificar. Si controlas artistas como DJ Food, 9 Lazy 9, Up Bustle & Out, DJ Cam o por supuesto los primeros años de DJ Shadow, estás de suerte.
Su nación es el mundo
A lo mejor por eso se ha creado su propia playa en la superficie de la luna. Para desde allí mirar al planeta Tierra y no perderse detalle. En su vocación por darle nueva vida a fragmentos y sonidos tan diversos vamos a disfrutar de acercamientos al lounge-jazz bailable (“Rêve”), al rap inhóspito y callejero (“Royom” con Fliptrix, “Tigerz” con Johaz) e incluso raggamuffin condimentado con boogaloo (“Boogie Dola” con Troy Berkley y Killa P). Este último surco me recordó de algún modo aquel clásico de US3 titulado “Tukka Yoot’s Riddim”).
En el último single extraído del LP, “Watch Me Dance”, su propuesta nos ha colocado encima de la mesa nuevos panes. Se trata de una canción –de nuevo- bastante desinhibida cuyo pilar es un cachito mágico de la banda de kabyle (rock de Argelia, en el norte de África) de los años 80, Les Abranis. El resultado final es un delicioso caldo de hip hop, rock, Chaâbi y electro, todo bien dosificado por The Architect. Los aires latinos tampoco escasean. Tanto en instrumentos que nos retrotraerán al corazón de nuestra tierra, como voces muestreadas que nos incitan a rumbear. La canción más evidente en este sentido es “Baile de Sol” donde pasamos de unos segundos muy Manu Chao, a cumbia… terminando por samba brasileira. Un ‘clandestino’ venido más gracias a la brujería del ritmo, la motivación y los múltiples orígenes de un lugar llamado mundo.
Audio-player “Watch Me Dance”
Un aliado extra: el diseñador y dibujante Befour
Es curioso como contrastan la sobriedad de sus fotos como músico en blanco y negro, junto a la obra gráfica plagada de colorido y recortes del artista (diseñador, dibujante) y amigo Befour. Ligaron bien tras realizar varios conciertos, desde entonces lo visual y la música de The Architect se han hecho inseparables. Una obra pictórica donde a partes iguales se trabaja lienzo y collage la cual que sirve perfectamente de vestido al trabajo minucioso del beatmaker. Por cierto, sabemos que en esos directos el lenguaje visual está lleno de bucles de películas animadas olvidadas y curiosos archivos de filmes de la época muda. Estaría bien tenerlos por tierras latinoamericanas cuando todo esto del Covid-19 se aparque definitivamente a un lado.