En el Festival MDF, la Filarmónica de Szczecin propuso un instrumento de transformación de voz espacial. La audiencia pudo experimentar con varios efectos de sonido aplicados a sus vocalizaciones que se sincronizaron con el movimiento de las bolas cayendo a lo largo de una pista de 35 m de largo. La interacción comienza con la inserción de la bola en el micrófono. Luego comienza la grabación y después de que el sonido grabado se detiene, la bola se suelta para deslizarse hacia abajo a lo largo de la pista.
Gracias a las puertas construidas a medida con sensores infrarrojos y módulos de radio, las transformaciones de sonido aplicadas a la grabación se sincronizaron con la velocidad y posición de la bola. El rastro de luz que sigue a la bola se ha creado gracias a los sensores y micro controladores que miden la velocidad de ésta.
El resultado es sorprendente. Estas exploraciones le dan vida a la forma estática, e integra la arquitectura, creando un momento de belleza profunda.