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The Migration of Reality: The Art of Soraya Sharghi

The babel tower, 2022. Acrylic on canvas 152.4 x 228.6 cm I 60 x 90 in. Cortesía.

“El Arte posee un poder notable para difuminar las fronteras entre la imaginación y la realidad”.

«Art possesses a remarkable power to blur the boundaries between imagination and reality.»

En el arte, los aportes culturales derivados de la migración como fenómeno social tuvieron uno de sus correlatos más importantes durante las guerras mundiales, cuando París fue sustituido por Nueva York como la nueva capital mundial del arte. Muchos artistas e intelectuales, especialmente aquellos que residían en París, optaron por migrar ante el peligro nazi. Artistas contemporáneos como Ai Weiwei, Tania Bruguera o Anish Kapoor también han buscado en otros países la libertad necesaria para desarrollar sus creaciones.

In art, the cultural contributions stemming from migration as a social phenomenon had one of their most significant correlates during the World Wars, when Paris was replaced by New York as the new global capital of art. Many artists and intellectuals, especially those residing in Paris, chose to migrate due to the Nazi threat. Contemporary artists like Ai Weiwei, Tania Bruguera, and Anish Kapoor have also sought the necessary freedom in other countries to develop their creations.

Soraya Sharghi en su estudio, Cortesía.

La artista iraní Soraya Sharghi (1988) emprendió su viaje a la ciudad de San Francisco en 2014 y en el año 2016 se muda a la ciudad de Nueva York. Como artista poscolonial del Medio Oriente que lucha contra el predominio de las imágenes orientalistas en un mundo globalizado, ha logrado desafiar los estereotipos a través de un trabajo colmado de recursos simbólicos. Representa una mitología del siglo XXI utilizando iconografía tradicional con connotaciones masculinas, reconfigurándolas a través de cuerpos femeninos.

The Iranian artist Soraya Sharghi (1988) embarked on her journey to the city of San Francisco in 2014 and moved to New York City in 2016. As a postcolonial artist from the Middle East, she strives against the predominance of Orientalist imagery in a globalized world and has managed to challenge stereotypes through her work, which is rich in symbolic resources. She represents a 21st-century mythology using traditional iconography with masculine connotations, reconfiguring them through female bodies.

Freedom dance, 2023, acrylic on canvas, 139.7 x 223.52 cm I 55 x 88 I. Exhibited and photographed by Kunsthalle Düsseldorf. Acquired by Moco Museum. Cortesía.

Realizó una licenciatura en Bellas Artes en Pintura de la Universidad de Arte Soore en Teherán, y una maestría en Bellas Artes del Instituto de Arte de San Francisco en California, donde pudo afianzar sus procesos creativos que le llevaron a explorar una diversidad de medios en los que se destaca su obra, entre ellos la pintura y la escultura. A medida que avanza su trayectoria, ha sido destacada con diversos premios y residencias, incluyendo la Beca de Maestría en Bellas Artes del Instituto de Arte de San Francisco, el Premio de Arte Contemporáneo Murphy & Cadogan, la Beca de Posgrado Alternativa del Centro de Artes Headlands, y ha participado en residencias en lugares como New Hope Colony (Fundación Phillips Mill), The Post Contemporary y Brush Creek Foundation for the Arts. Sus obras han sido adquiridas por colecciones importantes, entre las que se incluye, la del Moco Museum, y se han exhibido en diferentes lugares del mundo.

She earned a Bachelor’s degree in Fine Arts in Painting from Soore University in Tehran and a Master’s degree in Fine Arts from the San Francisco Art Institute in California, where she solidified her creative processes. This education led her to explore a variety of mediums, including painting and sculpture, in which her work stands out. As her career progresses, she has been recognized with various awards and residencies, including the Master of Fine Arts Fellowship from the San Francisco Art Institute, the Murphy & Cadogan Contemporary Art Award, and the Graduate Fellowship from the Headlands Center for the Arts. She has also participated in residencies at places such as New Hope Colony (Phillips Mill Foundation), The Post Contemporary, and Brush Creek Foundation for the Arts. Her works have been acquired by significant collections, including the Moco Museum, and have been exhibited in various locations around the world.

Vista de la exposición “The Inescapable Intertwining of All Lives”, Setareh Düsseldorf. Cortesía.

Úrsula Ochoa editora de EXCLAMA tuvo la oportunidad de hablar con la artista, y esto nos contó sobre su trabajo y su proceso como migrante en Nueva York:

¿Cuándo empezaste a desarrollar tu trabajo como artista y cómo fueron tus inicios?

Desde mis primeros recuerdos, el arte siempre ha sido una fuente de fascinación y asombro. Crecer en Irán y considerar una carrera en el arte parecía un sueño inalcanzable. En una sociedad donde se enfatizaban los caminos tradicionales, convertirse en artista enfrentaba el escepticismo de quienes me rodeaban, incluida mi propia familia. A pesar de sus dudas y las presiones para conformarme, me negué a abandonar mi pasión.
Exploré diversas formas de expresión artística, desde escribir cuentos hasta pintar lienzos que reflejaban los colores de la vida. Cada paso hacia adelante fue recibido con resistencia, especialmente en cuanto a mi deseo de dedicarme a la música. En un país donde ciertas aspiraciones eran consideradas inaceptables para las mujeres, mi sueño de ser música chocaba con las creencias de mi padre. Aunque él expresó preocupación, había una parte de él que se abstuvo de aplastar completamente mis ambiciones, quizás reconociendo el fuego dentro de mí. Se aseguró de que luchara con uñas y dientes por cada paso que daba. Nada fue fácil, y cada avance se ganó con pura determinación y resistencia. Aunque no logré convencerlo de que me dejara asistir a la escuela de música, pude persuadirlo para que apoyara mi búsqueda de las artes visuales.

A la temprana edad de 15 años, di mis primeros pasos en el ámbito de la educación formal en arte. En 2011, comencé a exhibir mi obra en Irán, enfrentando desafíos como conexiones a internet poco fiables para conectarme con la comunidad artística más amplia. A pesar de la incertidumbre y la falta de experiencia en aventurarme más allá de las fronteras de Irán, tomé un salto de fe. Decidí estudiar inglés y dar cada paso necesario para postularme a escuelas de bellas artes en los Estados Unidos, decidida a obtener mi maestría y abrazar las oportunidades que me esperaban. Al reflexionar sobre mi viaje, me doy cuenta de que cada obstáculo, cada contratiempo, solo ha fortalecido mi determinación.

Úrsula Ochoa editor of EXCLAMA had the opportunity to speak with the artist, and here’s what she shared about her work and her experience as a migrant in New York:

When did you start developing your work as an artist, and how were your beginnings?

From my earliest memories, art has always been a source of fascination and wonder. Growing up in Iran, considering a career in art seemed like an unattainable dream. In a society where traditional paths were emphasized, becoming an artist faced skepticism from those around me, including my own family. Despite their doubts and the pressures to conform, I refused to abandon my passion.
I explored various forms of artistic expression, from writing short stories to painting canvases that reflected the colors of life. Every step forward was met with resistance, especially regarding my desire to pursue music. In a country where certain aspirations were deemed unacceptable for women, my dream of becoming a musician clashed with my father’s beliefs. Though he expressed concern, there was a part of him that refrained from completely quashing my ambitions, perhaps recognizing the fire within me. He ensured that I fought tooth and nail for every step I took. Nothing was easy, and every advance was earned through sheer determination and resilience. While I couldn’t convince him to let me attend music school, I was able to persuade him to support my pursuit of visual arts.

At the early age of 15, I took my first steps into formal art education. In 2011, I began exhibiting my work in Iran, facing challenges such as unreliable internet connections to connect with the broader artistic community. Despite the uncertainty and lack of experience in venturing beyond Iran’s borders, I took a leap of faith. I decided to study English and take every necessary step to apply to fine arts schools in the United States, determined to pursue my master’s degree and embrace the opportunities that lay ahead. Reflecting on my journey, I realize that every obstacle, every setback, has only strengthened my determination.

Roaring trumpet, 2020. Wood 200 x 135 x 105 cm I 78 3/4 x 53 1/4 x 41 1/3 in. Cortesía.

Vista de la exposición “The Inescapable Intertwining of All Lives”, Kunstalle Düsseldorf. Cortesía.

Tu trabajo tiene cualidades formales muy fuertes, como el color. Cuéntanos un poco sobre su importancia en tu obra.

El color es el latido de mi arte. No es solo un elemento visual; es una poderosa herramienta narrativa. Es la forma en que comunico y expreso mis emociones. Cada color en mi paleta cuenta una historia, evocando emociones, recuerdos y sensaciones. Elegir colores audaces y brillantes fue un movimiento atrevido para mí. Fue mi manera de celebrar la vitalidad de la vida y sus infinitas posibilidades. Hay magia en el caos de los colores, y me encanta organizarlos en composiciones armoniosas que cautivan e inspiran. En mi estudio, rodeada por un arco iris de pigmentos, emprendo un viaje de exploración y descubrimiento. Con más de 2000 colores a mi disposición, cada pintura se convierte en una sinfonía de matices y tonos, creada para evocar emociones y despertar la imaginación. Incluso dentro de la paleta vibrante, hay espacio para la oscuridad y la reflexión. En mi última serie de «pinturas de sombras», exploro el juego entre la luz y la oscuridad, usando la ausencia para crear profundidad y contraste.

Creciendo en Irán, estuve rodeada de colores y cultura ricos. Aunque hoy en día los tonos sombríos dominan el paisaje de mi tierra natal, encuentro inspiración en el vibrante tapiz de mi crianza, viendo belleza en los contrastes entre la luz y la oscuridad, la alegría y la tristeza. Mi arte refleja las paradojas que define mi vida.

Your work has very strong formal qualities such as color. Tell us a bit about its importance in your work.

Color is the heartbeat of my art. It’s not just a visual element; it’s a powerful storytelling tool. It’s how I communicate and express myself. Every color on my palette tells a story, bringing out emotions, memories, and sensations. Choosing bold and bright colors was a daring move for me. It was my way of celebrating life’s vitality and endless possibilities. There’s magic in the chaos of colors, and I love arranging them into harmonious compositions that captivate and inspire. In my studio, surrounded by a rainbow of pigments, I set off on a journey of exploration and discovery. With over 2000 colors at my fingertips, each painting becomes a symphony of shades and tones, crafted to evoke emotions and spark imagination. Even within the vibrant palette, there’s room for darkness and reflection. In my latest series of «shadow paintings,» I explore the play between light and darkness, using absence to create depth and contrast.

Growing up in Iran, I was surrounded by rich colors and culture. Even though somber hues dominate the landscape of my homeland today, I find inspiration in the vibrant tapestry of my upbringing, seeing beauty in the contrasts between light and dark, joy and sorrow. My art reflects the paradoxes that define my life.

Twining (Eve.12). Vista de la exposición “The Inescapable Intertwining of All Lives”. Cortesía.

Has vivido en Nueva York durante años, pero eres iraní y eso ha influido en tu trabajo. ¿Cómo ha sido el proceso de llegar a los EE.UU. y expresar tus sentimientos en tu obra?

En agosto de 2014, a la edad de 25 años, me mudé a los EE.UU., marcando el comienzo de un nuevo capítulo en mi vida. Me matriculé en la Maestría en Pintura y Escultura en el Instituto de Arte de San Francisco. Luego, en agosto de 2016, di el salto a la ciudad de Nueva York, un destino soñado para muchos artistas. Mudarse a las bulliciosas calles de la ciudad de Nueva York fue como entrar en un torbellino de energía e inspiración. El vibrante pulso de la ciudad coincidía con el ritmo de mi propio espíritu, alimentando mi creatividad y llevándome a nuevas alturas como artista. Pero más allá de las luces brillantes y los rascacielos, Nueva York ofreció algo aún más valioso: libertad. Aquí, descubrí un nuevo sentido de liberación, un espacio donde podía expresarme sin miedo, sin las restricciones que una vez me detuvieron.

Crecer en Irán, donde la expresión artística a menudo se sofoca y censura, hizo que la transición a Nueva York fuera transformadora. A través de mi arte, he encontrado sanación y fortaleza, un medio para trascender los traumas del pasado y abrazar el poder de mi propia narrativa. En Nueva York, tuve la oportunidad de explorar museos y experimentar la escena y el mercado del arte profesional. Construí mi estudio soñado aquí y encontré un lugar que se siente como hogar.

You have lived in NY for years, but you are Iranian and that has influenced your work. What has the process of coming to the U.S. and expressing your feelings in your work been like?

In August 2014, at the age of 25, I moved to the USA, marking the start of a new chapter in my life. I pursued my Master’s in Painting and Sculpture at the San Francisco Art Institute. Then, in August 2016, I made the leap to New York City, a dream destination for many artists. Moving to the bustling streets of New York City was like stepping into a whirlwind of energy and inspiration. The vibrant pulse of the city matched the rhythm of my own spirit, fueling my creativity and pushing me to new heights as an artist. But beyond the bright lights and skyscrapers, New York offered something even more precious: freedom. Here, I discovered a newfound sense of liberation, a space where I could fearlessly express myself without the constraints that once held me back.

Growing up in Iran, where artistic expression is often stifled and censored, the transition to New York was transformative. Through my art, I’ve found healing and strength, a means of transcending the traumas of the past and embracing the power of my own narrative. In New York, I had the chance to explore museums and experience the professional art scene and market. I built my dream studio here and found a place that feels like home.

An aureole of dark mists, 2022. Acrylic on canvas 139.7 x 223.52 cm | 55 x 88 in. Cortesía.

Vista de la exposición “The Inescapable Intertwining of All Lives”, Setareh Düsseldorf. Cortesía.

Tus obras están llenas de imágenes simbólicas, iconografías tradicionales y mujeres conectadas con la naturaleza. ¿Podríamos decir que tu trabajo llama a reconocer el poder de lo femenino?

Mi arte encarna la resistencia y la fuerza del espíritu femenino. Ha sido un viaje profundamente personal para mí reclamar y celebrar la feminidad en mi obra. A través de mis pinturas, me esfuerzo por crear un mundo donde las mujeres y las niñas no sean solo observadoras pasivas, sino protagonistas activas, ejerciendo su fuerza y resiliencia frente a la adversidad. Encontrarás un rico tapiz de imágenes simbólicas: figuras mitológicas, mujeres conectadas con la naturaleza e iconografías tradicionales, todas entrelazadas para contar historias de empoderamiento y transformación.

Creciendo en una cultura que confinaba a las mujeres a roles domésticos, sentí el peso de las expectativas sociales. Pero a través de mi arte, encontré una manera de liberarme de estas limitaciones. Pinté a las mujeres no como objetos, sino como seres poderosos capaces de moldear su destino. La naturaleza juega un papel central en mi trabajo, imbuida de energía y vitalidad femenina. Desde el suave balanceo de los árboles hasta el feroz rugido del océano, la naturaleza refleja la fuerza inherente en todas las mujeres.
En mis pinturas anteriores, los personajes estaban confinados dentro de paredes, simbolizando las restricciones sociales. Pero gradualmente, rompí esas paredes, representando a los personajes entrando en la naturaleza, expresando libertad. Mi arte se convirtió en una fuente de sanación, empoderándome para enfrentar traumas pasados y abrazar mi poder. A través de mi arte, desafío las normas sociales y las expectativas. Pinto a mujeres rompiendo las confinaciones domésticas, reclamando audazmente su lugar en el mundo. Mis pinturas son un testimonio del poder transformador del arte, moldeando no solo a mí, sino también al mundo que me rodea.

Your works are overflowing with symbolic images, traditional iconographies, and women connected to nature. Could we say that your work calls for recognizing the power of the feminine?

My art embodies the resilience and strength of the feminine spirit. It has been a deeply personal journey for me to reclaim and celebrate womanhood in my work. Through my paintings, I strive to create a world where women and girls are not just passive observers but active protagonists, wielding their strength and resilience in the face of adversity. You’ll find a rich tapestry of symbolic imagery: mythological figures, women connected to nature, and traditional iconographies, all woven together to tell stories of empowerment and transformation.

Growing up in a culture that confined women to domestic roles, I felt the weight of societal expectations. But through my art, I found a way to break free from these constraints. I painted women not as objects, but as powerful beings capable of shaping their destinies. Nature plays a central role in my work, imbued with feminine energy and vitality. From the gentle sway of trees to the fierce roar of the ocean, nature reflects the strength inherent in all women.
In my earlier paintings, characters were confined within walls, symbolizing societal restrictions. But gradually, I broke through those walls, depicting characters stepping into nature, expressing freedom. My art became a source of healing, empowering me to confront past traumas and embrace my power. Through my art, I challenge societal norms and defy expectations. I depict women breaking free from domestic confines, boldly claiming their place in the world. My paintings are a testament to the transformative power of art, shaping not only me but also the world around me.

 

An aureole of dancing shadows. Acrylic on canvas 139.7 x 223.52 cm I 55 x 88 in. Cortesía.

An aureloe of dancing shadows, 2022. Acrylic on canvas 139.7 x 223.52 cm I 55 x 88 in. Cartesía.

¿Crees que los artistas pueden tener una «misión» especial en la vida, y si es así, cuál podría ser la tuya?

Creo que cada artista tiene una misión única basada en la autenticidad y el compromiso social. Los artistas ofrecen nuevas perspectivas sobre el mundo, revelando profundidades en temas cotidianos. A través de nuestro trabajo, provocamos la reflexión e inspiramos la acción, enriqueciendo tanto a nosotros mismos como a aquellos que experimentan nuestro arte, encontrando incluso profundidades en los temas más simples. El arte posee un poder notable para difuminar las fronteras entre la imaginación y la realidad. En mis creaciones, busco elaborar ilusiones que inviten a los espectadores a cuestionar lo que es real y lo que es imaginado. En medio de la luz y la oscuridad, la alegría y la tristeza, mi arte desafía a los espectadores a reflexionar y conectarse con verdades más profundas.

Do you believe that artists can have a special “mission” in life, and if so, what might yours be?

I believe every artist has a unique mission grounded in authenticity and social engagement. Artists offer fresh perspectives on the world, revealing profound depths in everyday subjects. Through our work, we provoke thought and inspire action, enriching both ourselves and those who experience our art, even finding profound depths in the simplest of subjects. Art possesses a remarkable power to blur boundaries between imagination and reality. In my creations, I aim to craft illusions that invite viewers to question what is real and imagined. Amidst light and darkness, joy and sorrow, my art challenges viewers to reflect and connect with deeper truths. Art transcends language and culture, speaking to universal human experiences in ways words cannot. It’s a responsibility I cherish, using my creativity to spark conversations and inspire change. In a divided world, art can unify and offer hope. As an artist, I delve into the complexities of the human psyche, exploring layers of emotion and experience. Art is more than self-expression; it’s a profound journey into our collective consciousness, reflecting the intricate tapestry of our world.

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