Y sin efectos.
Timber Timbre se creó en 2005 a cabeza de Taylor Kirk, quien se acompaña en su proyecto por Mika Posen y Simon Trottier. Estos músicos canadienses están asociados con el sello Arts&Crafts, conocido por impulsar artistas de tono independiente.
La voz que se oye protagonista es la de Kirk. Detrás de ella se armonizan los múltiples sonidos que producen Trottier y Posen, cada uno manipulando más de cuatro instrumentos.
Taylor Kirk es un personaje elusivo. No hace muchas presentaciones en vivo y suele distorsionar sus imágenes fotográficas por timidez. En principio, Timber Timbre empezó siendo un proyecto solista, pero luego de su cuarta y más reciente producción, Creep on Creepin’ On, Kirk ha aceptado que el trabajo en equipo es más interesante porque permite que cada cual aporte lo suyo, mientras que cuando se trabaja en solitario el producto sólo tiene una perspectiva. Por eso, Posen y Trottier pasaron a ser miembros pemanentes.
Cuenta la leyenda, que el coqueto nombre de Timber Timbre viene de una pequeña cabaña de madera a las afueras de Bobcaygeon, Ontario, donde se produjeron las primeras grabaciones. Su primer lanzamiento fue en 2005. Se trató del álbum Cedar Shakes, al que le seguirían 4 producciones más –hasta ahora-.
En el caso de Creep On Creepin’ On, el oyente se encuentra con un mundo de momentos que recuerdan a unos Beatles tardíos, y otros que se adelantan un par de décadas y nos remiten a The Byrds.
Con su corte predominantemente folk, Timber Timbre crea sonidos tranquilos, mas no atmosféricos. Sin abusos tecnológicos, pero bien pulidos. Pacíficos, pero no contemplativos.
Abre espacios para el misterio y la belleza, dándole cupo a lo sombrío. La estética de lo análogo también impregna sus videos, en los cuales se puede ver un respeto por la imagen original, huyéndole a los efectismos.