El estruendo de los motores marca el inicio del mayor atractivo de la feria hindú Magh Mela, donde todos los años cientos de espectadores se reúnen alrededor de un foso circular para presenciar un espectáculo que desafía la gravedad y la muerte. Conductores al mando de automóviles y motocicletas, en un «subidón» de adrenalina, dan vueltas en vertical alrededor de una pista cilíndrica recubierta con tablas de madera a velocidades que superan los 60 kilómetros por hora, mientras los observan con euforia y suspenso desde las graderías. La «Pared de la Muerte», o el «Pozo de la Muerte» (Maut Ka Kuan en hindi), es una práctica común tanto en esta como en la vasta mayoría de las Melas, o ferias locales que se celebran en diferentes ciudades del norte de la India. Estos espectáculos son breves, duran aproximadamente 15 minutos y se suelen realizar varios en el transcurso del día, llegando a contar hasta 20 en los días de mayor afluencia de las Melas.
Sin embargo, esta inverosímil costumbre no es natural de la India. Es una adaptación local de los «motórdromos» estadounidenses que predominaban en las ferias a principios del siglo XX, los cuales debutaron en Coney Island en 1911 y rápidamente ganaron popularidad y se extendieron al extranjero, teniendo un auge en Gran Bretaña en las décadas posteriores. Con el tiempo, la práctica fue evolucionando y los «motórdromos» se transformaron en «silódromos», cuya geometría en forma de círculo abierto permitía que los riders pudieran rodar alrededor del contorno del cilindro, manteniéndose unidos a la superficie gracias a la fricción y la fuerza centrífuga.
Finalmente, tras haber ganado popularidad en América y Europa, el espectáculo llega a Oriente, más específicamente a la India, donde rápidamente es adoptado por los artistas de los carnavales. Inicialmente, los interpretes utilizaban bicicletas manuales para girar alrededor de los «silódromos», en un truco que se prolongaría de forma continua en sesiones de hasta 48 horas (con relevos), según Surbhi Goel, profesor de la Universidad Panjab en Chandigarh, India. Eventualmente, las bicicletas de pedales fueron reemplazadas por motocicletas y automóviles -una adición exclusiva de la India a la tradición-, y el espectáculo de resistencia, reemplazado por el de acrobacias atrevidas: «Dado que (los automóviles y las motocicletas) requieren reabastecimiento de combustible, la duración ha sido reemplazada por atrevidos saltos y acrobacias», dice Goel. Hoy en día, los conductores arriesgan su vida durante el evento cazando dinero de la mano de los espectadores, a la vez que van tomados de la mano de otros interpretes, o alternándose entre automóviles y motocicletas y viceversa, todo mientras ruedan alrededor de la pared.
Siddharth Kaneria ha sido testigo de la «Pared de la Muerte» desde su niñez, y desde entonces quiso documentarlo a través de su lente. Su deseo ha sido plasmar en una narrativa visual los espectáculos de los festivales y carnavales que se llevan a cabo alrededor de la India, que muestran el folklore y la enigmática cultura de este país en su máximo esplendor, pero siempre lo marcó una especial fascinación por este evento. Para llevar a cabo este registro documental del Maut Ka Kuan, Kaneria pasó cerca de una semana viviendo con los riders; escuchando sus historias, experimentando su vida diaria y sus acrobacias desde adentro hacia fuera. Tuvo la oportunidad de ser testigo de algunas de sus luchas diarias, como atraer gente a la cúpula, los esfuerzos logísticos, y la construcción y posterior desmonte de las instalaciones. Algo que él mismo define como una experiencia única en la vida. Todos los años en las Melas, en estos escenarios excéntricos y vibrantes, Kaneria se deja contagiar por la euforia y la adrenalina, y seducir por las piruetas de estos artistas que no le temen a la muerte. A pesar de los años y de ser considerada por muchos una práctica «precaria», la esencia de esta tradición cultural permanece vigente, ahora cultivada desde el exótico folklore de la India.
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Todas las fotografías © Siddharth Kaneria
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