BOG 06.11.2024
En el centro renacentista de Florencia, el Palazzo Strozzi, surge una intervención que parece haberse formado en el aire mismo. «Shy Society«, creada por el dúo holandés DRIFT, es una pieza que transforma la nobleza clásica de este espacio en una experiencia inmersiva, explorando la sensibilidad natural y la tecnología en un delicado equilibrio. Los visitantes se encuentran con siete estructuras flotantes que se expanden y contraen en una coreografía discreta, revelando un lenguaje sutil, casi secreto, de la adaptación y el movimiento.
In the Renaissance heart of Florence, the Palazzo Strozzi hosts an intervention that seems to have materialized in the very air. «Shy Society,» created by Dutch duo DRIFT, transforms the classical nobility of this space into an immersive experience, exploring the delicate balance between natural sensitivity and technology. Visitors encounter seven floating structures that expand and contract in a subtle choreography, revealing a quiet, almost secret language of adaptation and movement.
La instalación forma parte del programa Future Art de Palazzo Strozzi y es un ejemplo del compromiso de DRIFT por desarrollar un arte que rebasa la contemplación pasiva. La obra invita a los espectadores a detenerse y entrar en el espacio como si estuvieran ingresando en un santuario, en el cual la tecnología, lejos de ser imponente, observa y aprende de la naturaleza. Los elementos suspendidos responden al entorno, sus movimientos calculados, pero de apariencia orgánica, diseñados con un software que emula la nictinastia, el fenómeno en que ciertas flores se pliegan al anochecer. Esta reacción es una especie de memoria biológica, un acto de autocuidado y adaptación que DRIFT convierte en lenguaje visual.
The installation is part of the Future Art program at Palazzo Strozzi and exemplifies DRIFT’s commitment to developing art that goes beyond passive contemplation. The piece invites viewers to pause and enter the space as if stepping into a sanctuary where technology, far from imposing itself, observes and learns from nature. The suspended elements respond to the environment with movements that, while calculated, appear organic. These movements are designed with software that emulates nyctinasty, the phenomenon where certain flowers fold up at dusk. This reaction resembles a biological memory, an act of self-preservation and adaptation that DRIFT translates into visual language.
La instalación de DRIFT se vuelve aún más sugestiva gracias a la banda sonora compuesta por RZA. Conocido por su habilidad para crear ambientes de una profundidad inusual, el músico estadounidense eleva el momento: la música, un eco grave y pausado, invita al silencio, al recogimiento. En cada fase del movimiento, la armonía del sonido y la imagen convierte el Palazzo en un espacio contemplativo lo que permite percibir el tiempo y la materialidad de un modo diferente, casi ritualístico.
DRIFT’s installation becomes even more evocative thanks to the soundtrack composed by RZA. Known for his talent in creating atmospheres of unusual depth, the American musician elevates the moment: the music, a deep and slow echo, invites silence and introspection. With each phase of movement, the harmony between sound and image turns the Palazzo into a contemplative space, allowing time and materiality to be perceived differently, almost ritualistically.
«Shy Society» se torna en una reflexión sobre el equilibrio entre control y libertad, entre lo humano y lo natural. En el constante abrir y cerrar de estas piezas suspendidas se puede ver algo profundamente humano: la capacidad de transformarse y ajustarse al contexto, a lo imprevisto. DRIFT crea una metáfora de lo vivo en un espacio donde lo inerte renace, y nos hace un recordatorio de una premisa inevitable: toda estructura es susceptible al cambio, incluso aquellas que parecen inmutables.
«Shy Society» turns into a reflection on the balance between control and freedom, between the human and the natural. In the constant opening and closing of these suspended pieces, one can see something profoundly human: the ability to transform and adjust to context, to the unforeseen. DRIFT creates a metaphor of the living within a space where the inert is reborn, offering a reminder of an inevitable truth: every structure is susceptible to change, even those that seem immutable.
Para quienes caminan bajo sus arcos, el Palazzo Strozzi se convierte, con «Shy Society», en un laboratorio de ideas que abre la puerta hacia una naturaleza se vuelve perceptible en la tecnología y la tecnología, a su vez, alcanza la intimidad de lo orgánico. En esta obra, DRIFT nos coloca frente a un espejo suave y brillante, que no busca respuestas, sino recordar que, como seres humanos, nuestra relación con el entorno debe ser también fluida y adaptable. La obra estará abierta al público hasta enero de 2025, una oportunidad única para explorar este espacio.
For those who walk under its arches, the Palazzo Strozzi becomes, with «Shy Society,» a laboratory of ideas, opening a door to a nature made perceptible through technology, while technology, in turn, reaches the intimacy of the organic. In this work, DRIFT places us before a soft, reflective mirror—not one that seeks answers, but one that reminds us that, as human beings, our relationship with the environment must also be fluid and adaptable. The installation will be open to the public until January 2025, offering a unique opportunity to explore this space.