La iniciativa fue creada a principios de enero y cada día decenas de restaurantes en Estados Unidos se suman a los denominados “Sanctuary restaurants”. El movimiento tomó su nombre del antiguo Sanctuary Movement creado en 1982 cuando una iglesia en Tucson, Arizona decidió convertirse en un “santuario” donde se refugiaron indocumentados que escapaban de los famosos escuadrones de la muerte.
Tras anunciar las políticas antinmigrantes del 2017, algunas ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Chicago y Austin, se declararon «ciudades Santuario» rechazando estas políticas, a lo que el presidente Trump respondió con la amenaza de quitarles los fondos federales. Hoy más de 60 restaurantes en todo el país son parte de la iniciativa, entre estos GYST en Minneapolis, Diner en Nueva York, Marlow and Sons en Brooklyn y la famosa cadena de pollo frito Honey Butter Fried Chicken en Chicago.
“A place at the table for everyone”, un lugar en la mesa para todos, es el slogan de esta iniciativa, en la que los dueños de los restaurantes protegen y aceptan a sus trabajadores inmigrantes y LGBT. Dentro de sus propósitos no sólo está tener reglas estrictas contra la discriminación racial, sino proveer información y educación sobre sus derechos.
Las cifras son una motivación clara para estos restaurantes asociarse en contra de Trump; según la organización Restaurant Opportunities Centers United, alrededor de 12 millones de personas trabajan en la industria de los restaurantes en Estados Unidos, de los cuales la gran mayoría son inmigrantes y en grandes ciudades como Nueva York y Chicago representan el 70% de todos los trabajadores. Adicionalmente existen aproximadamente 1.3 millones de inmigrantes que trabajan sin documentación en restaurantes de todo el país.
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