Renzo Piano (1937) y Richard Rogers (1933-2021) fueron los arquitectos responsables de diseñar la estructura industrialista de este monumental centro de arte. Para ese entonces, ambos arquitectos eran poco conocidos; Renzo Piano se desempeñaba como docente en su antigua universidad, el Politécnico de Milán, del cual saldría titulado en 1964; así mismo, impartió clases en la Architectural Association School en Londres al tiempo que desarrollaba diseños y proyectos cada vez más visionarios y rupturistas bajo la influencia de su amigo y maestro, el proyectista Jean Prouvé (1901–1984). Como arquitecto, siempre ha mantenido una visión revolucionaria y expansiva, pero no le han gustado las etiquetas que se le imponen pues han sido muchas las voces que lo han calificado como “el arquitecto de la alta tecnología”; a lo que Renzo responde: “Cuando el estilo llega a convertirse en una marca, en un sello personal, éste deviene una jaula”. Sus diseños, lejos de ser ambiguos como a veces los han llamado, son configurados en relación con el contexto social y cultural en el que están realizados, y, en ese sentido, su práctica arquitectónica destaca un especial sentido ético que es precisamente el atributo que mejor podría definir la obra de este gran arquitecto italiano.
Por su parte, Richard Rogers se había graduado con un master’s degree de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Yale en 1962, donde se asoció con Norman Foster, y formaron Team 4, con sus respectivas esposas; sin embargo, en 1967 el grupo se separa y es justo cuando conoce a Renzo Piano; y a partir de ese momento comienzan a idear proyectos juntos, entre ellos la gran odisea de diseñar el Centro Pompidou. En 1985 recibió la Medalla de Oro del RIBA, que es otorgada anualmente por el Royal Institute of British Architects (RIBA), en reconocimiento de una contribución sustancial (individual o colectiva) a la arquitectura internacional. Fue director para arquitectura y urbanismo del Greater London Authority y en el año 2007 recibió el prestigioso Premio Pritzker.
Para la realización del Centro Pompidou ambos arquitectos se asociaron y enviaron su proyecto al concurso que se convocó para este propósito; en efecto, ganaron el concurso sobre 680 equipos de arquitectos por su excelente proyecto, pues su propuesta ejemplificaba el constructivismo y un moderno centro cultural con alta tecnología (high-tech), estructurado con un sistema de ménsulas (gerberettes), diferente a todo lo visto en el mundo de la arquitectura hasta ese entonces. Los “gerberettes” son unas piezas metálicas horizontales ancladas a los pilares por uno de los extremos a modo de voladizos; tienen una sección curva y su función es sujetar las estructuras metálicas que sobresalen de las fachadas oeste y este. Su inventor es el ingeniero alemán Heinrich Gerber (1832-1912), y se diseñaron para ampliar la superficie de los puentes metálicos. Además de ello, hubo una gran acogida por dos miembros del jurado, uno de ellos era el estadounidense Philip Johnson (1906–2005), quien introdujo la arquitectura europea en Estados Unidos después de la II Guerra Mundial; y el otro jurado fue Jean Prouvé quien ya conocía la visión de Renzo y simpatizaba al máximo con sus innovadoras ideas.
En una entrevista para la Royal Academy en el 2017, Richard Roger recordó:
“Trabajar juntos en el Centro Pompidou fue una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Sabíamos que queríamos crear un lugar para todas las personas, pero éramos jóvenes e ingenuos…Fuimos atacados por todos lados, pero el profundo conocimiento de Renzo sobre la construcción y la arquitectura, y su alma de poeta, nos ayudaron”.
La construcción del Centro Pompidou comenzó en 1970 y cuatro años más tarde, el Presidente de Francia Georges Pompidou, falleció, generando un importante retraso en la obra; no obstante, fue la viuda del presidente Claude Pompidou (1912-2007), quien terminó con éxito la obra, inaugurándola el 31 de enero de 1977. El concepto más obvio de su idea, también el más polémico, incluso hasta ahora, era la exposición de toda la infraestructura del edificio; es decir, mostrando el “esqueleto” de la estructura que envuelve el edificio desde el exterior, dejando ver todos los sistemas mecánicos para lo que propusieron un contenedor flexible, en el cual los espacios interiores y elementos exteriores pueden ser modificados o cambiados según se requiera. Así el Centro Georges Pompidou es un gigantesco mecano; una “utopía en movimiento” que cambia constantemente.
Ahora seamos francos, no a todos les puede parecer agradable este titán de vidrio y acero que contrasta de manera radical con los demás edificios que le rodean; por ejemplo, el arquitecto Charles Jenks definió el Centro Pompidou como un “centro cultural erizo”, donde su edificio es el primero que se exhibe por sí mismo, mostrando la arquitectura como un “espectáculo lúdico y divertido”, algo similar a lo que ocurre con el diseño del Museo Guggenheim de Nueva York, donde la arquitectura por sí sola es una gran obra maestra.
Por otra lado, también es fundamental mencionar que hay una plaza pública que también se le considera parte del edificio, ya que en ella se realizan actividades relacionadas con el centro cultural. El diseño de esta plaza fue decisivo en la victoria de Piano y Rogers, porque allí hay un muy interesante y tensionante contraste entre lo público y lo privado, el adentro y el afuera del espacio cultural, pues en esta plaza se juntan los teatreros, mimos, dibujantes, pequeñas tiendas callejeras y grupos de jóvenes creativos, todos ellos reunidos en torno al arte y la cultura. El Centro Pompidou alberga el Museo Nacional de Arte Moderno, que es el museo más grande de Europa para el arte moderno. También contiene la Bibliothèque publique d’information, una gran biblioteca pública que contiene ejemplares de libros extraordinarios, y un centro para la música y la investigación acústica conocido como el IRCAM. Me encantaría que París tuviera un centro cultural […] donde las artes plásticas estuvieran asociadas a la música, al cine, a los libros, a la investigación audiovisual, etc. Fueron las visionarias palabras de Georges Pompidou.
El Centre Pompidou está presidido por Laurent Le Bon desde el 19 de julio de 2021y Julie Narbey es director general desde el año 2017. Desde el museo, grandes exposiciones se ha llevado a cabo en este monumental edificio; desde exposiciones y colecciones monográficas, históricas, temáticas, hasta exposiciones temporales de nominaciones o premios como el Premio Marcel Duchamp, que fue creado en el año 2000 para poner de relieve la riqueza de la escena artística francesa y tiene como objetivo distinguir y promocionar internacionalmente a los artistas más representativos de su generación. Estas exposiciones se interesan en ofrecer al visitante un panorama siempre renovado del arte y la creación moderna y contemporánea, siendo una de las colecciones museísticas más importantes de Europa. Por sus salas han pasado grandes nombres del arte como Constantin Brâncuși, Germaine Richier, Marcel Duchamp, Piet Mondrian, Le Corbusier, Joan Miró, Yves Klein, Otto Dix, Vassili Kandinsky, Henry Matisse, Pablo Picasso, entre otros, y albergado muestras retrospectivas, algunas verdaderamente históricas, mostrando el trabajo de artistas como Joseph Beuys, Louise Bourgeois, Benjamin Vautier (Ben), Francis Bacon, Philippe Starck, Annette Messager, Andy Warhol, Anselm Kiefer, entre muchos otros. En el año 2021 presentaron una gran exposición “El arte abstracto en femenino”, donde se presentaba la contribución de las mujeres artistas al arte abstracto a través de 106 artistas y más de 500 obras de los años 1860 a 1980.
El Museo Nacional de Arte Moderno (MNAM) tiene en su registro más de 100.000 obras de arte de 6.400 artistas de 90 países. Es la segunda colección de arte del siglo XX más importante del mundo después del MoMA de Nueva York y su colección abarca el arte moderno y el contemporáneo; comenzando en 1905 con el Fauvismo, hasta la actualidad con un arte mucho más experimental y radical.