Hablar de la obra de Saúl Sánchez resulta complejo por la cantidad de procesos pictóricos intrincados que hay en cada una de sus pinturas. A la luz de su última exposición en la galería Nueveochenta, titulada One After Another in Succession, EXCLAMA habló con el artista acerca de la exploración visual en su más reciente producción. Por medio de la repetición de las formas, la serialidad y las ilusiones ópticas, Sánchez construye un conjunto de pinturas que, como si se tratase de un plano cinematográfico, crean una sensación de movimiento y empujan la mirada del espectador hacia un nuevo abstraccionismo pictórico.

EXCLAMA: ¿Cómo se construye la muestra y cada una de sus obras? 

Saul Sánchez: La muestra tiene varios niveles o es lo que en principio pretendo. La primera capa es el recurso del ilusionismo, pues la pintura engaña al ojo del espectador y éste cae en cuenta de eso cuando nota que la cinta no está pegada sobre el lienzo sino que está pintada. De esta forma, aquél que observa las obras trasciende esta primera ilusión y empieza a explorar las posibilidades de la superficie, lo que hay más allá de ella. La exposición busca pensar los procesos de pintura en una extensión mayor, en términos de tiempo y de espacio; en últimas, interesa ver cómo ésta puede oscilar entre ser un medio de representación a ser uno de abstracción.

EXCLAMA: ¿A que se debe y cómo funciona el componente cinematográfico de la muestra? 

Saúl Sánchez: La exposición nace de un simple ejercicio de hacer un cuadrado perfecto con una cinta, haciendo alusión al proceso de demarcar a la hora de pintar. Sin embargo, las decisiones que se desprenden de repetir ese gesto y de extenderlo, se convierten en un problema de confrontación con respecto a qué piensa el espectador cuando ve una muestra en la que la misma figura se repite muchas veces. La idea de lo cinematográfico se relaciona con la creación de un plano secuencia, en el que a veces no pasa nada aunque uno como espectador lo espera, y, por esto, para darse cuenta de los más mínimos detalles toca observar con cuidado. En este efecto, todas las pinturas que componen la muestra representan un cuadrado, pero ninguno es exactamente igual a otro, todos son distintos. Al mirar la muestra de corrido se crea una secuencia que habla de un proceso y no específicamente de una conclusión, es una imagen en movimiento que puede no tener un final concreto.

EXCLAMA: ¿Cómo esta serie de obras apela a la idea de la pintura como un medio plástico? 

Saúl Sánchez: Al pintar las cintas que delimitan el cuadrado y en teoría, no permiten que la pintura azul se salga de las márgenes, evidencio uno de los elementos esenciales para la construcción de la obra, que, la mayoría de las veces forma parte del proceso de creación y no se presenta en el producto final. En este caso, cada una de las obras apela tanto al proceso porque representa un material que hace parte de éste, como al producto final, pues en términos pictóricos la cinta está terminada. Sin duda, esto lleva a que los espectadores cuestionen el rol de la pintura como un medio; teniendo la repetición como un vehículo para la reflexión. Del mismo modo, el hecho de mostrar el proceso de hacer pintura, también hace alusión a un proceso de compresión y cómo éste opera una vez el observador se ve enfrentado a una muestra de obras muy similares.

EXCLAMA: ¿Cómo entiendes la exposición desde tu posición como artista? 

Saúl Sánchez: Aunque cada obra es individual, yo entiendo la exposición como un conjunto; un espacio que se construye para obligar al espectador a ver la misma imagen del cuadrado una y otra vez, con el objetivo de que éste atraviese distintas capas y pueda comprender la muestra. La repetición vuelve al observador consciente del ritmo de las pinturas, la distancia desde la que se miran las obras, la línea horizontal que se crea debido a la serialidad; es decir, la exposición habla de lo que es obvio en el espacio pero que en ocasiones no se ve porque no se detalla. Igualmente, está el tema de la negociación entre el público y la obra, cómo se lidia con espacio una vez se produce un enfrentamiento entre la pintura y el observador, al mismo tiempo que se es consciente que no se trata de un lienzo sino de muchos. Es significativo pensar si es posible llevarse algo más allá del primer engaño al ojo, y por qué debería ser así, pues si el fin de la exposición fuera crear una ilusión sólo se exhibiría una pintura y no una serie. En este sentido, la primera capa es el gancho que le muestra a aquél que observa que debe buscar un significado a partir de la repetición.

One After Another in Succession es una muestra que indaga los alcances del medio pictórico, reflexión que ha atravesado la producción artística de Sánchez en los últimos años. Partiendo de lo formal y valiéndose de los elementos esenciales en la producción de una pintura, al igual que de la repetición como un vehículo que permite la comprensión de las obras, el artista construye 26 piezas que se articulan no sólo a través del uso del cuadrado sino también por medio del recurso de la percepción.!

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