Exclama estuvo frente a frente con Dinais: Ximena Laverde y David “Culebro” González compartieron la historia de este dueto de intenciones merengueras. |
Corresponsal EXCLAMA Juan David Montes entusiasta de la tipografía, usa las letras para escribir –como lo ha hecho para EXCLAMA, Shock y Bacánika–; pero también las ha diagramado en la editorial de la Javeriana; y hasta las ha vendido, cuando ha sido librero para los sellos infantiles de Alfaguara. Divide su tiempo entre procesadores de texto y programas de diseño, siempre con una lista de reproducción de fondo, como las que recomienda cada semana en el podcast Sinestesia. Sígalo en twitter como @_Helvetica_Bold |
Ximena habla. Explica por qué Dinais. Porque era esa palabra típica del léxico de esas señoras de alta alcurnia, perdida por allá entre el espanglish y el esnobismo. Esnobismo sinónimo de la elegancia aparentosa de un buffet. David rebusca entre un armario y me entrega una copia de Buffet. Ximena señala el arte de la cubierta, una mesa atiborrada de comida: hay cupcakes, calamar, fresas con chocolate, camarones, ensalada, pulpo, jamón, queso… El dedo de Ximena se detiene sobre un pez globo, insiste en señalarlo. Su cara inflada e inerte revela la mofa de tremendo buffet. Pero el punto de fuga está a unos bocadillos del pez, es una torta rosada como un flamingo con decorado de crema pastelera, sobre la torta –como si fuera un mensaje de cumpleaños o cualquiera de esos que hace de la crema una herramienta caligráfica– dice Dinais Buffet.
Hace cinco años se dio el afortunado encuentro entre David y Ximena. Cuando Zombie era una tienda de ropa, antes de devenir sello discográfico. –¡Usted hacía calzones! –le grita David a su dupla de Dinais. Ella reniega, ya es un recuerdo borroso. Lo que está claro es que han sido cinco años de ensayos porque sí, porque les gusta. No para vender ni para hacer toques cada tanto. Apenas han hecho un par de conciertos y la idea de hacer uno más les da más dudas que ganas. Le ponen play al disco, voy a tener una versión comentada de Buffet. Ante todo, Dinais es cuestión de merengue. Aunque se les peguen otros ritmos de aquí y de allá –hay dubstep con villancico– se trata de un pastiche merenguero. Relación insólita esta de Ximena y David con el merengue; me explico: por su pelo rojo, gestos sonrientes y ojos bien abiertos solo podía pensar en Ana Matronic, la de Scissor Sisters, mientras le ponía atención a Ximena. Y de David tampoco esperaba tanta fijación por ese ritmo que remite a fiesta familiar, a onda tropical, a todo lo que no se espera de una banda que emerge en el escenario bogotano: ni rock ni pop, aunque electrónica sí, hecho que no atenta contra la autenticidad del merengue de Dinais; todo lo contrario, me explica David que aunque en Colombia sea música de otra década, en República Dominicana el merengue sigue siendo un ritmo que acumula lanzamientos año tras año y la orquesta de todos esos merengues de última generación es puro sintetizador. –Nuestro sueño es irnos a República Dominicana –acota Ximena con palabras que salen entre risas.
YouTube. Fefita la grande. Buscar. Una voz ronca es emitida por los parlantes del computador. La mujer que canta, Fefita, está embutida entre un vestido estampado a lo animal print. La acompaña una orquesta, un grupo de bailarines y las rayas que suben, bajan y aparecen con intermitencia en los videos que se grabaron de la tele hace un par de décadas. –¿Será que así voy a ser cuando vieja? –Exclama Ximena con falsa preocupación. Fefita la grande es una de las voces más icónicas de una vertiente llamada merengue típico. Asisto a una cátedra sobre el merengue; sin quererlo, Dinais ha conllevado una investigación acerca del género que ha hecho de sus integrantes expertos en el tema. Los referentes provienen de esa curiosidad por las raíces pero también saltan a la vista otros más obvios, como en El perrito hardcorero, que ladra al unísono con El baile del perrito.
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Después de haber boicoteado más de una fiesta cambiando la música por un CD de merengue, el lanzamiento de Buffet fue una excusa perfecta para dedicar toda una noche a uno de sus géneros predilectos. No solo montaron la orquesta completa con la adición de dos músicos, también prepararon coreografía, detalle importante en toda pretensión de banda de merengue. Ambos se dedican ahora a planear la nueva entrega de Dinais. Será un musical en vinilo, una historia que se desarrolle a través de todas las canciones. –Una porrista que se enamora de un tuno. –Propone David. Ximena se queja, no quiere tunas. De fondo suena una voz extranjera que entona El cuchipe, Ximena pregunta qué suena. Es Brigitte Bardot disfrazada de campesina boyacense. Eso es Dinais.
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–¿Por qué hicimos una canción de música para planchar?
–Porque estaba entusada.
30 minutos después:
–¿Por qué hicimos una ranchera?
–Porque otra vez estaba entusada.
*Dónde seguir a Dinais
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