Fotos de: Óscar Monsalve para NC-arte
Vídeo de: Clemencia Echeverri
Clemencia Echeverri es una artista bogotana que desde mediados de la década de los noventa trabaja con instalación, video, sonido y fotografía. Su obra reflexiona en torno a las condiciones políticas y sociales que dominan el país, sobretodo en relación con el conflicto y la memoria. Nóctulo, su proyecto más reciente, expuesto en la galería NC-arte, es una videoinstalación multicanal de sonido y video a través de la cual se crea un espacio en el que los recuerdos de traumas pasados salen a flote con el objetivo de buscar una catarsis, acompañada además de una serie de obras sobre papel con frases escritas a mano que le sugieren al espectador cuál es la temática que atraviesa la muestra.
La artista aborda la relación existente entre naturaleza y cultura en correspondencia con la distancia política y geográfica que se toma en tiempos de violencia frente a aquello que ocurre en las zonas rurales de Colombia. La imagen de una pequeña finca abandonada hace alusión al campo y los sonidos que provienen de ella, aunque lejanos, evidencian la presencia de fantasmas de recuerdos que no han desaparecido y que, como un eco, se manifiestan para dar cuenta de lo que ya fue. Es así como Nóctulo se convierte en un espacio para que las memorias emerjan y enfrenten al público con un único fin: reclamar un cierre que selle el ciclo de violencia y les permita desaparecer sin ser propiamente olvidadas.
La videoinstalación se constituye como un lugar inaccesible para el espectador en términos físicos y materiales, pues las imágenes se presentan por medio de fragmentos, cosa que también sucede con los ecos de las palabras que resuenan. En este efecto, la obra transporta al público a un estado de ensoñación en donde se tiene la posibilidad de enfrentar la memoria, el olvido, la violencia y las tradiciones culturales a través de testimonios y visuales fraccionadas. El desconocimiento de las imágenes y los sonidos es un límite que la artista le impone al espectador para que éste entienda que está percibiendo las memorias desde afuera, como un ente ajeno a ellas. Sin embargo, esto, a su vez, lo obliga a tener una experiencia corporal con la obra; a moverse alrededor del espacio, acercarse a las pantallas, agudizar el oído frente a los sonidos y a percibir cada detalle de las proyecciones de luz en el espacio oscuro.
Finalmente, el sonido ultrasónico de los murciélagos se hace audible y sirve como una alegoría de las otras dimensiones de lo viviente que muchas veces no tenemos la capacidad de percibir. El aleteo constante de estos animales en el fondo funciona como una metáfora de aquello que nosotros como seres humanos no podemos ver ni escuchar, pero que está allí. Lo mismo ocurre con los testimonios que resuenan a lo largo de la proyección, los cuales no buscan construir una narrativa lineal sino dar cuenta de un pasado que existe pero que en ocasiones no es visto ni escuchado. En este efecto, la presencia del murciélago hace alusión a la imposibilidad de entender lo que está más allá de nuestra apreciación.
Con este proyecto, la artista Clemencia Echeverri juega con los límites de la percepción de una memoria histórica que ha marcado al país por más de cuarenta años. Estos fantasmas de un pasado violento y traumático, al igual que el sonido ultrasónico de los nóctulos, se hacen audibles en la videoinstalación con el objetivo de generar una visibilidad que les permita trascender desde el lugar oscuro en el que han sido olvidados, hasta un área de luz.!
Dónde: NC-arte
Carrera 5 # 26B – 76
Hasta: 9 de mayo de 2015
Links de interés: Clemencia Echeverri – NC-arte