El mensajero

Todos los objetos juegan un rol en el mundo. Las obras de Nick Cave juegan varios. Son seres multifacéticos. Están hechos para ser contemplados o para ser usados y su objetivo final siempre es potencializar la experiencia.
Nick Cave es coreógrafo, profesor universitario y artista, pero antes que nada se denomina a sí mismo un mensajero. Sus soundsuits están hechos para ajustarse al cuerpo humano y para intervenir a quien las usa tanto física como psicológicamente.

En nuestro diálogo con él, Cave nos da la bienvenida a su mundo, ese lugar de donde salen estas figuras extravagantes, expresivas, ricas en textura, sonido y color. Su universo vigoroso y fantasioso se abre a continuación:

EXCLAMA: ¿En qué medida la ciudad de Chicago lo ha ayudado a desarrollarse como artista? Cuéntenos un poco de sus antecedentes.

Nick: En principio yo soy un mensajero. No soy artista, profesor o coreógrafo antes de ser mensajero.

Mis antecedentes están en el baile y en las artes escénicas. Siempre me ha interesado romper con los límites de las disciplinas y es por eso que mi trabajo viaja en varias direcciones.
La ciudad de Chicago me entrega dos cosas simultáneas y distintas: por un lado me permite aislarme, me da espacios para trabajar en lo mío sin que nada me distraiga. Por el otro, me muestra material. Todo lo que yo hago viene del mundo real. La verdad es que yo podría vivir en cualquier ciudad del mundo que quisiera y son esas características de Chicago las que hacen que me haya quedado acá.

EXCLAMA: ¿Hasta qué punto su trabajo es resultado del azar, y hasta qué punto de la planeación?

Nick: Yo diría que azar, 80%, y planeación, 20%.
Con lo que el espectador se encuentra en cada pieza es con un cuerpo estructurado, que tiene su propio cosmos. Pero eso es sólo lo que el espectador ve. Mis obras son el resultado de poner una cosa junto a otra y ver qué pasa. Cada vez que me enfrento a la creación de un soundsuit, debo ser orgánico, libre, abierto. No quiero tener que ser responsable por mis elecciones.

EXCLAMA: Cuéntenos de los objetos que usa en su obra. ¿Cuál es el atributo especial que tienen que les permite hacer parte de su selección?

Nick: Es impulso. Yo pongo el ojo en cualquier tipo de objeto. Pero, ¿sabe? Es cuando sé que algo tiene potencial… cuando sé que… cuando hay un… cuando sé que el objeto tiene algún tipo de habilidad para desempeñarse de cierta forma. Al final, termina resultando que la basura del uno es el tesoro del otro.

EXCLAMA: Pero hay algo especial en el potencial que tienen algunos objetos para mostrar un resultado interesante al multiplicarse.

Nick: Claro. Yo multiplico todo porque hay algo en la abundancia, en la saturación, que me genera un impacto agradable.
Si hablamos de botones, hay dos opciones: usted puede coser botones en una tela, o puede hacer una tela de botones. Son dos cosas diferentes, lucen diferentes y usted responde a ellas de forma diferente. A mí me interesa hacer la tela de botones.
El punto está en cómo uno quiere que el material se exprese, y cómo quiere que la audiencia responda a él. Todo está dictaminado en las elecciones.

“NO QUIERO TENER QUE SER RESPONSABLE POR MIS ELECCIONES”

EXCLAMA: La parte visual de su trabajo es por supuesto muy importante, pero también hay un gran involucramiento del tacto.

Nick: Si, la parte táctil, la sensación visceral de mi trabajo, definitivamente resalta y eso también ha sido siempre una parte de mi pasado. Siempre me ha interesado lo táctil. Me gusta llegar a todos los sentidos, impulsar a la imaginación a pensar en cómo se siente algo si solo se le está mirando, o en el sentido contrario, imaginar cómo luce algo con solo tocarlo.

EXCLAMA: ¿Ha pensado en sus esculturas como una expansión del propio cuerpo, en el sentido que pueden exagerar los movimientos y las condiciones del mismo?

Nick: El cuerpo físico solo es el portador del trabajo; se moviliza en él y navega con él en el espacio.
Hay unos soundsuits que solo permiten movimiento limitado, lo cual me fuerza a responder de una cierta manera. El peso de las piezas también es determinante, y establece una relación inversa con las proporciones de cada persona. Lo interesante es que yo puedo usar el mismo soundsuit que usted, y cada uno va a aportar algo distinto.
Cada vez la escultura cobra vida propia a través de una entidad o personaje diferente.

EXCLAMA: ¿Cuándo diría usted que los soundsuits cumplen a cabalidad su propósito o su naturaleza?

Nick: En dos instancias: durante las exposiciones y en las presentaciones en vivo. En las exposiciones, porque el espectador puede ver el trabajo de cerca, y en las presentaciones en vivo, porque se pueden ver con vida, en movimiento.

Yo ofrezco dos experiencias diferentes. Cuando usted ve las piezas en una exposición sólo tiene una experiencia imaginativa en su cabeza: ¿Cómo se sentirá estar dentro de una de estas esculturas?. Usted llega a sus propias conclusiones y eso tiene algo de interesante en sí mismo.
Pero el espectador también tiene la posibilidad de interactuar directamente con la pieza, de darle vida, y eso es algo que no todas las obras de arte permiten.

EXCLAMA: Encontramos algo animalístico en su obra. Además del pelo, la persona dentro del traje esconde su raza, su edad y su género. ¿Qué nos puede contar sobre esto?

Nick: Lo que me interesa de que los soundsuits escondan raza, género, edad y clase, es que fuerzan al espectador a acercarse a la obra sin juzgar. De eso se trata todo en realidad.
Tendemos a poner todo en una categoría, pero el soundsuit obliga al espectador a enfrentarse al individuo que lo lleva puesto de una forma diferente.
Por otro lado, estoy muy interesado en todo el imaginario alrededor de las formas animales. Toda esta narrativa mitológica que crea figuras como Pié Grande, por ejemplo, que aún sin exisitir, mantienen una fuerte presencia en la forma en que entendemos el misterio, lo desconocido, el miedo.

“SIEMPRE ME HA INTERESADO LO TÁCTIL. ME GUSTA LLEGAR A TODOS LOS SENTIDOS, IMPULSAR A LA IMAGINACIÓN”

EXCLAMA: ¿Qué siente uno al ponerse un soundsuit?

Nick: Uno pasa por una serie de condiciones. Hay que hacer toda una preparación psicológica, incluso antes de ponerse el traje. Hay que estar dispuesto a rendirse y a encarnar una identidad distinta a la propia para lograr que el movimiento que muestre sea convincente, sea real y no fingido.

EXCLAMA: ¿Cuáles son las reglas específicas para usarlo?

Nick: Mis reglas son: reconocer lo que va a poner sobre su cuerpo e imaginar cómo se sentirá al hacerlo. Pensar en las formas en que se puede mover dentro del traje. Tocarlo. Una vez puesto, tranquilizarse, no moverse y esperar. Cuando haya terminado la transición, empiece a negociar con el traje para ver de qué manera puede realmente darle movimiento.

EXCLAMA: ¿Tienen sus piezas personalidad, o al menos reflejan un estado de ánimo?

Nick: Creo que hay una sensación sombría en mi trabajo. Algunas podrían incluso ser un poco tristes, pero no necesariamente. Todo depende de la manera en que son usadas, de la forma en que el movimiento se presente. También depende del ambiente que las rodea, del resto de cosas que ocurran en el performance.

EXCLAMA: ¿Podría yo participar en una presentación con soundsuits si quisiera?

Nick: Claro, si honestamente quiere participar en ella, por supuesto.
Yo lo veo de esta manera: si puedo proveerle a alguien una experiencia, ¿porqué no?. Si puedo hacer algo que pueda afectar su vida, ese es un regalo maravilloso.
A eso me refiero cuando digo que soy un mensajero. Yo proveo oportunidades, proveo ofertas para que la otra gente vivencie cosas nuevas.

“TENDEMOS A PONER TODO EN UNA CATEGORÍA. EL SOUNDSUIT OBLIGA AL ESPECTADOR A ENFRENTARSE AL
INDIVIDUO QUE LO LLEVA PUESTO SIN JUZGARLO”

Entrevista a cargo de Natalia Sánchez Herrera
Imágenes cortesía de Nick Cave y Jack Shainman Gallery, NY Fotografía por James Prinz, Chicago
www.nickcaveart.com