Una nueva ola de modelos ha llegado a Instagram, de diferentes tallas y etnias. Pero lo que causa gran sorpresa es que estas son el producto de un simple programa de computadora.
La moda siempre cambia y esto no excluye al mundo del modelaje. Desde el año pasado varias modelos empezaron a estar en el radar de distintas marcas de lujo, pero esta vez no se trataba de top models o modelos new face sino de modelos digitales, las cuales cada día atraen a más seguidores gracias a que producen contenidos de alta calidad.
La primera en aparecer fue Shudu y fue creada por Cameron-James Wilson, un artista visual y fotógrafo de moda londinense. Su cuenta ya tiene más de cien mil seguidores y marcas como Balmain la han utilizado en campañas que han sido un éxito rotundo. Su piel morena, sus facciones y su cuerpo bien logrado han hecho que muchas personas llegaran a pensar que en realidad era un ser humano, haciendo que su creador saliera a desmentir esta información.
Una de las más seguidas es Lil Miquela, con 1.5 millones de seguidores en Instagram. Sus post van más allá de simples campañas o “sesiones” de fotos ya que sus creadores decidieron darle una vida propia para mostrar en redes, con eventos como cumpleaños, salidas, encuentros con personas reales, su día a día en casa, etc. Pero el éxito de Miquela ha sido tan grande que hasta ha colaborado con marcas como Chanel, Prada, Vans, Coachella y Calvin Klein, con el cual realizó un comercial donde besaba a la reconocida modelo Bella Hadid.
Las opiniones sobre estas modelos son muy diversas, sobretodo en un ámbito como el de la moda. Para algunos diseñadores estas modelos pueden significar una reducción de costos en sus presupuestos y también el apoyo a nuevas tecnologías, para otros representa una falta de veracidad con sus consumidores al mostrarles su diseños con personajes irreales, y para el público general estas son algo intangible en un mundo tan confuso y falso como lo es el de las redes sociales.