«Me considero un artista crítico humanista» Entrevista con Miguel Ángel Rojas

Miguel Ángel Rojas (Bogotá, 1946), es uno de los artistas más importantes del arte colombiano. Realizó estudios de pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia y de Arquitectura en la Universidad Javeriana. Con una sólida carrera que abarca más de 50 años, se ha consolidado no solo como uno de los pioneros del conceptualismo en nuestro país, sino también como uno de los primeros artistas en romper los tabúes sociales a través de obras que abarcan desde el dibujo hasta las instalaciones, donde reflexiona sobre temas complejos relacionados con la sexualidad, la cultura marginal, la violencia y las problemáticas relacionadas con el consumo y la producción de drogas.

EXCLAMA tuvo la oportunidad de conversar con este maestro del arte nacional, y esto fue lo que nos contó sobre sus proyectos más importantes y su proceso creativo:

Miguel Ángel Rojas. Fotografía: Sebastián Jaramillo.

EXCLAMA: Como artista, es reconocido tanto nacional como internacionalmente por saber llevar por años un trabajo coherente y muy agudo sobre temas que tocan a profundidad realidades culturales y humanas. Nos gustaría saber, ¿cómo fue el inicio de este camino por el arte, y cuándo se dio cuenta de que el arte sería haría parte de su vida?

MIGUEL ÁNGEL ROJAS: En mi niñez tuve por suerte haber sido orientado por mi padre hacia el arte. Él consideraba que era algo sublime. Siempre pensé ser artista. Más adelante, después de estudiar unos años arquitectura decidí entrar a la escuela de artes de la Universidad Nacional.

EXCLAMA: Actualmente, es uno de los artistas conceptuales más importantes del arte en Colombia; y dentro de la historia del arte conceptual del país, sabemos que personajes como Bernardo Salcedo formaron parte de su desarrollo. Tuvo la oportunidad de conocerlo en su proceso de formación; ¿podría contarnos cómo fue ese momento de su proceso y si tuvo alguna influencia de su parte?

MIGUEL ÁNGEL ROJAS: Bernardo Salcedo dirigió el taller básico de la carrera de artes en el primer semestre de la Universidad Nacional. Su orientación y también su obra fueron fundamentales en el inicio de mi formación y trabajo como artista. Como profesor era enigmático, solamente proponía una palabra o una relación entre conceptos para ser desarrollada por los estudiantes, por ejemplo: Tiempo, volumen y masa o estructura. Él no hacía énfasis en técnicas ni procedimientos sino más en un trabajo mental y de desarrollo procesual.

EXCLAMA: Se le ha reconocido como uno de los primeros artistas colombianos que ha trabajado temas como la homosexualidad, y lo hizo en una época en la que en Colombia se reprimían a las comunidades LGTBI, por lo cual, su obra cobró un sentido polémico y profundo en ese entonces y actualmente es un referente sobre el tema en el arte nacional. Fue con obras como Boca de 1974, o series como Faenza de 1978 en las que se manifestaban sus reflexiones sobre la homosexualidad ¿Cómo tomó la decisión de abordar este tema; se sintió en algún momento rechazado por el mismo medio del arte?

MIGUEL ÁNGEL ROJAS: Muy temprano me pregunté ¿Para qué hacer arte? Entendí que tenía que hacerlo conectando estrechamente a la realidad y empece por mi propia realidad. Tiempo atrás había cuestionado la moral fundamentada en la religión. Considero que la moral es una interpretación de la ética en un lugar y en un momento determinado. Para mi, la ética es mucho más importante que unas normas emanadas de ideologías sin fundamento científico.
La problemática de la sexualidad para mi no tiene nada que ver con lo bueno y lo malo. Los artistas, gestores y público que disfruta el arte en general poseen pensamientos avanzados. Nunca sentí rechazo en este lugar.

Pelito 1973. Grabado en Agua fuerte. Cortesía del artista.
Los Olores, 1978. Fotografía de gelatina de plata. Cortesía del artista.
El Freddy, 1978. Fotografía de gelatina de plata. Cortesía del artista.

EXCLAMA: David (2005), sin lugar a dudas es una de las obras más contundentes del arte Colombiano y una de las que más impacto ha generado, tanto por el poder evocativo de la imagen, como por el fuertísimo mensaje que lanza donde se tocan temas como la violencia de la guerra y sus consecuencias adversas, además de ser un desnudo masculino que no ha sido nada usual en el arte. ¿Podría hablarnos un poco sobre la creación de esta obra tan importante?

MIGUEL ÁNGEL ROJAS: Es una imagen antibélica. Parte de un cuestionamiento que indaga en las diferencias de las llamadas “dos colombias”. El encuentro con unas columnas de inspiración griega, absolutamente desdibujadas en una venta de carretera, dio origen a esta reflexión. Pensé que quien había hecho estas columnas, como caricaturas de un templo griego, tenía un escaso conocimiento del origen de la cultura occidental. Me pareció que ellas hablaban claramente de las deficiencias culturales en la base de la sociedad colombiana. Así que tome otras fotos del ejemplo neoclásico más culto de la arquitectura colombiana: el capitolio nacional.
Mi taller esta cerca al hospital militar y en los años ochenta y noventa con frecuencia veía soldados mutilados. En la obra titulada “Izquierda-Derecha”, ubiqué las piernas mutiladas de uno de estos soldados flanqueadas por las dos columnas que mencioné anteriormente. Pienso que las diferencias en Colombia, un país racista, son más de índole cultural que étnica. Cuando le propuse a José Antonio Ramos, joven soldado que fue modelo de la serie, me posara como el David, me respondió ¿cuál David?. Él, de familia antioqueña, un hombre blanco, había sido soldado razo por no haber tenido una formación escolar mientras que yo, de origen campesino, de etnia mestiza, recurría a su historia desde un lugar cultural diferente para referirme a las problemáticas sociales del país.

Ensayo del David 2004. Impresión de fotografía digital. Cortesía del artista.

EXCLAMA: Para un artista siempre es fundamental la elección de los medios y soportes que utiliza para realizar su trabajo; en su caso, hay una diversidad de medios y lenguajes formales que convierten su obra en una de las más diversas, pero al mismo tiempo, es contundente sobre el tema que quiere tratar. ¿Cómo selecciona los medios cuando vas a empezar un nuevo proyecto para que tenga coherencia?

MIGUEL ÁNGEL ROJAS: Es ir un poco en contra vía el hecho de no haber querido buscar un “estilo” que me identifique frente a la audiencia. Cuando decidí esto, no quise seguir la tendencia de artistas exitosos que enfocaban sus esfuerzos en la creación de sellos identitarios, como fórmulas. Mi compromiso fue desde el principio, como lo dije, la realidad. Los medios son herramientas y no fines. Generalmente, la obra se va definiendo por una interacción entre el pensar y el hacer.

EXCLAMA: Durante años ha tocado temas absolutamente coyunturales para el país como la guerra, las consecuencias del conflicto y el narcotráfico. Hay obras como Brodway (1996), o la Serie Nupcias (2018), donde a partir de recursos metafóricos, y estrategias del lenguaje reflexiona sobre estos temas de forma bastante contundente. ¿Cuáles han sido las motivaciones como artista, que lo llevaron a indagar sobre estos asuntos tan complejos en Colombia?

MIGUEL ÁNGEL ROJAS: La experiencia personal ha sido fundamental en las motivaciones. Los cambios generacionales iniciados en los 60 por las subculturas del rock llevaron a mi generación al consumo de estupefacientes. Y en los años 80 el consumo de cocaína ya era masivo. Desde la nebulosa del consumo empecé a ver el país sumirse en el caos, los dineros del narcotráfico alimentaban el conflicto social, todo podía tener un precio y se acababan las posiciones éticas.
La Noche (1988), es un pequeño ensamblaje en el que sepulté bajo resina un gramo de cocaína y a partir de esta acción me aparte del consumo y con claridad empecé a trabajar el tema.

La Noche 1988. Fotografía, Clorhidrato de cocaína y resina. registro fotográfico de Clemencia Echeverri.

EXCLAMA: En este mismo sentido, siendo un artista que ha trabajado desde temas como la guerra, el territorio, la desigualdad, el narcotráfico, ¿cree que su trabajo entra dentro de lo que se ha llamado a nivel nacional como “arte político”?

MIGUEL ÁNGEL ROJAS: Sí, el hecho de ser artista ya es una decisión política en sí. Es ir por una vía alterna a la normatividad. Me considero un artista crítico humanista, que se pregunta ¿para qué la sensibilidad?. Definitivamente, no es para hacer cosas simplemente bellas. Esta sensibilidad tiene que alcanzar para dejar sentada una inconformidad con los errores y atrocidades que generalmente se derivan de la codicia.

EXCLAMA: Hay proyectos en los cuales también ha trabajado sobre asuntos como los problemas medioambientales a través de expresiones bastante críticas como en la obra El Nuevo Dorado, que estuvo presente en la Feria ARCO en el 2012, y posteriormente evolucionó a una impresionante instalación que hizo parte de la Bienal de Shangái, y se presentó en su exposición “Regreso a la Maloca” en el 2021 en el MAMBO donde reflexionaba sobre los efectos del dominio colonial en las civilizaciones indígenas de la Amazonía colombiana y sus consecuencias. ¿Cómo fue la evolución de esta obra dentro de su proceso?

MIGUEL ÁNGEL ROJAS: Conocí la nueva Ley Forestal del Brasil del 2011, permite que una sola persona tale 400 hectáreas de bosque amazónico. La mayor parte de estas tierras robadas a este patrimonio mundial se dedican al cultivo de coca y al lavado de oro en superficie. El Nuevo Dorado y sus materiales, mambe de coca aplicado con procesos serigráficos y hojilla de oro, hacen referencia a esta ley abusiva. La obra tuvo una segunda versión en la Bienal de Shangái junto a otro gran mural con el que hice referencia al cambio climático, los materiales fueron los mismos más arcilla. El título, El Nuevo Dorado, hace hincapié en el horror que ha significado la conquista de los territorios americanos. La Conquista Continúa podría ser un título paralelo. El saqueo a los territorios americanos vírgenes tiene como actores ya no a los países europeos colonialistas, sino a las multinacionales y empresas de toda índole. Estas que continúan la devastación de los territorios y el exterminio de las poblaciones originarias.

El Túnel del Tiempo. Detalle el Mambueador (2012). Objeto de la cultura Tumaco del siglo XIII y reconstrucción contemporánea. Cortesía del artista.
El Nuevo Dorado 2019 ( Bienal Shanghái). Serigrafía de Mambe de Coca y hojilla de oro. Cortesía del artista.
El Nuevo Dorado 2019 ( Bienal Shanghái). Serigrafía de Mambe de Coca y hojilla de oro. Cortesía del artista.

EXCLAMA: Como uno de los artistas colombianos más importantes en la actualidad, y con tu trayectoria y experiencia, ¿cómo ve a las nuevas generaciones de artistas que trabajan con temas tan complejos como los que has trabajado durante su carrera, como la homosexualidad, el narcotráfico o la guerra?

MIGUEL ÁNGEL ROJAS: Me alegra mucho el saber que he sido un buen ejemplo para las nuevas generaciones y aplaudo sus esfuerzos en la búsqueda de un mundo más justo, así sea a través de la simbología del arte. Las comunidades segregadas como los grupos LGBTI que exigen un justo reconocimiento en las sociedad han sido apadrinadas por artistas como Paulo Sebastian Mesa. La obra de Julieth Morales exponente autentica de la comunidad Misak es tal vez el ejemplo más loable de esta categorización ética del arte. Andrés Orjuela desde México apunta al narcotráfico y a su estética como motivador de no solo la violencia sino también de las formas populares subculturales americanas. Estas expresiones éticas se contraponen a algunas expresiones formalistas que día a día han perdido fuerza expresiva en nuestro país y continente.

EXCLAMA: Finalmente para Miguel Ángel Rojas, ¿cuál sería el primer compromiso que tiene el arte?

MIGUEL ÁNGEL ROJAS: Definir y contribuir a construir un mundo mejor.

 

Producción EXCLAMA
Entrevista por Úrsula Ochoa
25.11.22