La infinidad de posibilidades, combinaciones, sabores, olores y colores que hay detrás de los postres, despertaron en Catalina Muñoz el amor por el complejo mundo de la repostería. Desde niña hacía galletas, las vendía en el colegio y cuando entró a la universidad, complejizó sus productos; empezó a preparar tortas de cumpleaños que vendía por encargo, y aunque estudió Diseño Industrial en la Universidad de los Andes, no había duda que tenía un talento innato que debía empezar a construir y fortalecer paso a paso. Decidió estudiar entonces cocina en LaSalle College.
Llegó a su vida la oportunidad de formar una sociedad y empezar con un local muy pequeño, para atender a no más de 15 personas. Un lugar que ha ido creciendo enormemente y se ha consolidado a lo largo de cinco años como un negocio de calidad llamado: Marie Antoinette ¡Que coman Pastel! Esta acogedora pastelería (y también café) de increíble estética basada en el estilo y el gusto de la reina de francia y esposa de Luis XVI, ofrece tres líneas de negocio: la de pastelería en el establecimiento, la línea institucional que es aquello que se distribuye en cafés y restaurantes, y la línea de eventos, donde el fuerte son los matrimonios pero también entran a jugar parte bautizos, grados y otros.
Hoy Catalina es la única dueña de Marie Antoinette y está al tanto de todo: de los empleados, de las líneas de negocio y por ende de los clientes, pero además, de las ideas y la creación de los más exquisitos productos. No es entonces una repostera cualquiera: pone sus manos en el negocio, en los detalles, en la masa. Ha logrado alcanzar un alto nivel de multifuncionalidad gracias a la gente que la rodea, a la disciplina y a todos aquellos instrumentos que utiliza: batidoras, espátulas, ingredientes e incluso el celular.
Ha encontrado sin duda la manera perfecta de estar al tanto de todo sin dejar de lado ningún detalle. La comodidad y funcionalidad de una herramienta como el Samsung Gear, que además es la extensión y el complemento perfecto del Samsung Galaxy S5, le permite estar en la cocina con las manos ocupadas, haciendo lo que más ama, pero sin dejar de lado asuntos muy importantes de su negocio: los clientes y las redes. Como ella misma lo ha dicho: “el estar en contacto con el mundo gracias a lo que nos ha proporcionado la tecnología es lo que ha hecho que mi empresa crezca”.
Y no cabe duda que seguirá creciendo aún más: por su talento dentro y fuera de la cocina, por su entendimiento del negocio, por el buen uso que hace de herramientas esenciales, y por supuesto, por el amor y el extraordinario sabor que le da a cada una de las recetas que prepara.
EXCLAMA ¿Qué es lo mejor de ser repostera?
Catalina Muñoz: Es demasiado divertido. Primero, se está todo el tiempo en contacto con la creatividad; el hecho de hacer una receta que alguien probará y generará un placer y una sensación muy puntual, es algo que a mi me genera mucha satisfacción. Y por otro lado, la repostería es una ciencia muy exacta y si lo haces bien siempre obtendrás el resultado que es; se trata de seguir muchos pasos, de ser sensible, y eso me gusta. Es como ser un artista pero haciendo pastelería. Es muy entretenido. Puedes inventar, investigar y recibir siempre una retroalimentación de quienes prueban lo que haces.
¿Existe una relación entre la labor en la que se desempeña y la tecnología?
Definitivamente. El tema de redes sociales, el estar en contacto con el mundo gracias a lo que nos ha proporcionado la tecnología es lo que ha hecho que mi empresa crezca. Yo no me imagino hace 15 años con un negocio sin Facebook, sin Instagram, sin una cuenta publica que yo administre para que la gente pueda ver mi trabajo. No me imagino como me hubiera dado a conocer antes, cuando tocaba incluso pagar por eso. Ahora simplemente se es administrador de cuentas, y a través de los celulares todo se vuelve inmediato: tomo una foto, la subo y se genera un contacto con el mundo. Incluso se vuelve fácil poder estar en contacto con mis clientes. La vanguardia y por ende la tecnología ha permitido que mi negocio sea lo que es hoy.
Si pudiera inventarse cualquier cosa funcional (objeto, espacio, utensilio) para desempeñar su labor como repostera, ¿que se inventaría?
Por un lado, me gustaría que existiera algo para controlar el rango de error; cuando se trabaja en grandes cantidades, hay muchas equivocaciones. Poder entonces utilizar algo en una masa o en una mezcla que indique que hay algo que no está funcionando, sería perfecto. Y por otro lado, sería ideal que existiera la forma de poder generar ciertos olores a través de dispositivos tecnológicos, es decir, que al ver la imagen de una de mis creaciones en una pantalla, la imagen transmitiera también un olor agradable, pues además de la vista, el olfato genera sensaciones con respecto a la comida.
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