Marcus Nilsson nació en Suecia donde se formó como cocinero y escaló en su carrera desde lavaplatos hasta chef ejecutivo. Cuando decidió mudarse a Nueva York tomó valor para explorar su gusto por el arte comenzando sus estudios en pintura, dibujo y fotografía mientras trabajaba en restaurantes por las noches y en los fines de semana.
Con el tiempo Nilsson se enamoró de la fotografía y encontró su propio lenguaje a través de la comida. Su experiencia como chef aportó al mundo de la fotografía culinaria una mirada sorprendentemente original, en la medida que no se relacionaba con ella de una manera puramente estética sino que fue pionero en mostrar el lado tangible y puro de los alimentos.
Sus encuadres exponen los productos en entornos y formas poco habituales, siempre con una composición perfecta en cuanto al balance de color, elementos y texturas. El look que quiere dar a la comida es uno desordenado, honesto y realista, para eso también se enfoca en tener una iluminación perfecta y prefiere ser su propio estilista para poder controlar la forma como se manipula cada elementos.
Los clientes que contratan a Nilsson usualmente lo hacen para que deje ver en sus fotografías la historia detrás de la comida que está fotografiando. Su estilo naturalista se ha convertido la firma para la industria gastronómica que ha dominado por años, Nilsson intenta estar a la vanguardia de las técnicas de iluminación y retoques para siempre tener algo original que aportar.
Su trabajo ha sido impactante desde el primer día y por eso hoy trabaja para las principales revistas gourmet del mundo entre estas, Real Simple, Food Network, Food and Wine y Gather Journal.
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