Después de más de un mes de confinamiento, las ciudades del mundo, están en gran parte vacías.
Los habitantes de la ciudades solo pueden salir para algunas necesidades y en algunos países son muy estrictos en los planes de control. Pero los guantes, las toallas y los frascos de desinfectante desechados, que emplean las personas para protegerse y proteger a los demás, aparecen esparcidos en parques, aceras y calles.
Guantes desechables, mascarillas y otros equipos de protección individual (EPI) son fundamentales para quienes luchan contra la pandemia, pero también son muy utilizados por el público. Debido a que no siempre se eliminan adecuadamente, los ecologistas temen consecuencias negativas para la vida silvestre y la lucha contra la contaminación por plásticos.
Si se tiran a la calle, cuando llueve, los guantes y las mascarillas terminan en en los ríos o en el mar.
Es importante que los ciudadanos tengan muy en cuenta el consumo de estos productos y que sepan muy bien cómo reciclarlos para no impactar el medio ambiente.
¿Cuáles son las opciones sostenibles en esta pandemia?
Médicos y científicos mencionan que lavarse regularmente las manos ofrece mayor protección para frenar el contagio de la COVID-19 que el uso de guantes de goma cuando se está en áreas públicas, y afirman que las mascarillas de tela lavables ofrecen la protección necesaria para la gente en las ciudades.