Conversando un rato con ella sobre lo que se verá en la inauguración de la exposición Museo Imaginario el 9 de Mayo de 2013 en la Galería La Cometa, la artista Elsa Zambrano menciona a André Malraux, de su obra proviene el nombre de la de ella. Un museo es la apología de un lugar que convierte objetos en obras de arte. Baña a los objetos con el aura de la obra de arte; aunque objetos se queden. La pregunta de Malraux, y de Zambrano, sería sobre la artisticidad de los objetos; una vez se localiza esta artisticidad de los objetos, se puede, como declaraba hacerlo Malraux, arrancar hojas con reproducciones de obras y llevar el arte que reside en ellas al lugar que uno desee. O mejor, con uno mismo. Casi siempre.
Con el gesto bello del coleccionista, aquella obsesión venida de ninguna parte por pensar y clasificar, Zambrano ha elaborado durante años un espacio en sus recuerdos que, sin el ánimo de competir con las colecciones de los museos del mundo, ni usando el recurso de la ironía, pero sí con el deseo de jugar y divertirse, conforman una rica colección de imágenes muy especiales. Lo especial de estas imágenes es que se materializan como reproducciones masificadas de obras originales del arte universal. Y, sin mentirnos, es precisamente gracias a eso que estas obras de arte son universales, porque son lo bastante populares.
La artista ha coleccionado tarjetas postales con el tema de obras de arte. Con una actitud lúdica pero sin sorpresa, la colección comenzó a expandirse digiriendo los suvenires que hacen referencia a esas obras de arte. Por poner una excusa para remplazar la palabra suvenir por otra, les contamos que Zambrano, cuando tenía la oportunidad, adquiría estos objetos en las tiendas de recuerdos; recuerdos, es la palabra que queríamos acoger aquí. Más que un asunto de la memoria, la palabra española ‘recordar’ es una metáfora muy bonita que quiere decir traer nuevamente al corazón, para lo cual no se hace necesario, en este caso, haber visto la obra original, al fin y al cabo, casi nadie ha tenido la suerte de ver en vivo y en directo los originales de las imágenes.
Y así, trayendo una y otra vez al corazón las imágenes, es que se lleva el museo con uno. De alguna manera hemos llegado aquí a dilucidar algo importante: el arte que reside en los objetos se lleva con uno, se recuerda, una y otra vez. Y, por el mismo camino, algo muy curioso y tal vez no menos importante: el museo, el lugar en donde están depositadas las obras de arte reales, resulta ser para la mayor parte del público más imaginario, más espectral, un lugar menos probable, que el espacio en el que transitan los recuerdos propios.
En la galería La Cometa, la artista muestra una serie de cajones, cuarenta de los ochenta que componen la obra. Cada cajón contiene algunos objetos cuya relación hace alguna referencia a los objetos que están allá, en los museos imaginarios realmente edificados en los centros del arte más importantes del mundo. Como Zambrano nos cuenta que se trata de un juego, le preguntamos a la artista qué son últimamente sus objetos intentando que nos revelara un poco más lo que es ese juego. Puestas en escena, ella respondió. Y al ver la foto de alguno de los cajones e imaginar la escena en la que lo contemplamos en vivo y en directo no podemos evitar preguntarnos si no habrá también alguien que nos mira sin saberlo.
Elsa Zambrano es una artista con una larga trayectoria en el ámbito de la plástica nacional. Cuenta con innumerables exposiciones individuales y colectivas en varios países como Alemania, Francia, España, Inglaterra, Estados Unidos y Colombia. Su obra hace parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Bogotá y de la colección de Arte Latinoamericano de la Universidad de Essex, UECLAA, Inglaterra.
MUSEOS IMAGINARIOS
Elsa Zambrano
Galería La Cometa
Carrera 10 #94A-25
Desde 8 de mayo hasta 9 de junio de 2013