Cuando se habla de la selva, esta se percibe como algo totalmente inexplorado y muchas veces exótico. La naturaleza de esta zona es extremadamente bella, llena de animales y plantas de muchos colores, tamaños y formas. Capturar toda esta diversidad es un trabajo de exploración e investigación, algo que la fotógrafa Agustina Lallana se dispuso a hacer para mostrar todo aquello que no se puede ver dentro de lo que, para nosotros, es una selva de concreto.
Agustina es una fotógrafa argentina, que después de estudiar en su país y en Madrid una Maestría en fotografía y un diplomado en diseño de iluminación, decidió adentrarse en la selva colombiana para investigar la cultura popular de la región amazónica. Su obra aporta un enfoque contemporáneo a cuestiones de representación visual, incluyendo temas de identidad, tradición, aculturación y antropología visual de esta gran región.
Sus fotografías van más allá de los paisajes, estas muestran la relación que tiene el ser humano, sobre todo los indígenas, con la fauna y la flora. Los colores saturados en sus imágenes, no son para documentar el tiempo y el espacio en donde fueron creadas, sino como una expresión de sus observaciones subjetivas.
Su inspiración proviene de elementos culturales que muchas veces tienen una conexión muy cercana con los animales de la región. En el 2014 realizó una serie de fotografías tituladas “Canta Gallo”, en las proximidades del río Putumayo, en donde los protagonistas son los gallos de pelea de esa región. Otro de sus trabajos destacados es una serie de fotografías realizadas en el Guaviare, en donde se muestra la relación que tienen los indígenas con los animales de monte y cría. Las fotografías fueron hechas evocando a los bodegones la época del Renacimiento en donde se mostraban los animales del Nuevo Mundo.
Su obra ha sido expuesta en festivales internacionales y museos de arte contemporáneo, incluidos Photo España y el Museo de Bellas Artes Emilio Caraffa. Actualmente está establecida en Bogotá, Colombia.