Nacida en Londres, la fotógrafa Juno Calypso pasó dos décadas tomándose selfies antes de darle vida a Joyce: un personaje ficcional que, desde el autorretrato, se dedica a explorar el deseo, la soledad y el aislamiento de la mujer en ambientes pensados como privados. Lo que inició como un proyecto carente de concepto y narrativa, pronto se convirtió en una serie que aborda temas afines al discurso feminista, en la que se cuestiona la construcción y concepción de la femeneidad y el rol de la mujer en la sociedad contemporánea.
Para concebir su serie The Honeymoon, la fotógrafa londinense optó por pasar una semana en un resort para parejas ubicado en Pennsylvania, Estados Unidos. Cada uno de los cuartos, pensados como ambientes románticos para dos, funcionó como un escenario nuevo para darle vida a Joyce, en situaciones tanto de anticipación como de preparación. Fue así como Calypso consiguió imágenes que dejan soñando al espectador, fotografías que seducen a aquél que las observa y lo invitan a sumergirse en la historia, preguntándose: ¿a quién está esperando?
No hay duda que lo que la fotógrafa denomina como set, funciona como el punto de inspiración para la concepción de cada imagen. La estética suave pero sugestiva de las habitaciones románticas, la connotación de los tonos rosa y azul, la presencia de espejos y la espacialidad, sitúan al espectador en un lugar que le resulta familiar, que lo hace desear saber más, e incluso estar allí. En The Honeymoon, la soledad y el aislamiento se muestran desde otro ángulo, no desde la aburrición sino desde el deseo y el disfrute del momento.
Las selfies de Juno Calypso muestran a Joyce como un misterio: una mujer que disfruta de la soledad, al tiempo que devela un potencial deseo que, como elemento continuo, se mantiene ambiguo. Queda ver, entonces, qué deviene para Joyce en los próximos proyectos de la fotógrafa londinense, que prometen continuar con la metamorfosis de esta mujer tan real como ficcional.
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