A inicios del 2022 Camila Berrio tuvo la oportunidad de fotografiar, filmar y compartir conocimientos con dos fundaciones sin ánimo de lucro que diseñan y ejecutan proyectos ambientales y sociales con el fin de proteger y preservar la Sierra Nevada de Santa Marta y sus alrededores: Jaguar Siembra y ProSierra. Ambos proyectos trabajan en pos de regenerar las zonas deforestadas, mediante agroforestería y métodos ancestrales.
Internarse en la selva toma varios días; entender el ritmo de vida de las comunidades indígenas que allí viven, requiere mucho más. Durante los meses que pasó con ellos, pudo observar cómo la vida se va tejiendo de las manos habilidosas de las mujeres indígenas que, en cada mochila y en cada costura, expresan sus tristezas, alegrías, esperanzas y frustraciones. El camino no solo la llevó a los arhuacos, koguis, wiwas, y kankuamos, sino también a las comunidades afro. Conoció a las mujeres que representan en María la Baja, Bolívar, el bullerengue – una música y un baile de la costa caribeña de Colombia, interpretados por los descendientes de los esclavos que habitaron esa región.
Escuchar sus historias y retratar sus rostros le recuerda la importancia de la lucha de aquellos que continúan protegiendo sus tierras, sus hogares y sus comunidades. Frente al conflicto armado en Colombia, es importante recordar el valor que tiene este territorio tan complejo y diverso. No debemos olvidarnos de recorrer y descubrir nuestra riqueza cultural. Es importante reconocer para proteger.
Por nuestros futuros líderes, por nuestros antepasados. Recordemos amplificar sus voces, estén donde estén.
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