En Salt Lake decidieron crear un nuevo salón de la fama para todos los fanáticos de Instagram y la fotografía. Una instalación Pop – up que aviva los sentidos con experiencias, para los amantes de la fantasía, el dulce y sobretodo del desayuno.
Hall of breakfast es un lugar que ofrece a los visitantes un mundo onírico y exagerado en donde sus creadores Courtney Mahon y Sophie Wichers logran establecer un momento tan cotidiano como lo es el desayuno, para convertirlo en arte haciendo que las personas se acerquen y dejen de pensar tanto en la rutina y lo vean como un tiempo para comenzar el día divertido.
Con 10 espacios temáticos, cada uno inspirado en un desayuno diferente como: huevos, gofres, cereal o pan tostado. Un mundo mágico que promueve la imaginación de sus asistentes. Su estética y paleta de colores pasteles y neones intensos llenos de energía, lleva a la imaginación de sentirse como un niño de nuevo y poder admirar cada pieza de arte que está inspirada en el desayuno.
Cada una de las zonas del Hall of breakfast tiene un significado y un recorrido que hace del lugar más interesante. Al ingresar los asistentes llegan a un cuarto totalmente blanco que hace referencia al momento de la primera hora de la mañana en que nos levantamos. Después caminan a través de una nevera Smeg retro de gran tamaño y desde ese instante los invitados pasean por todas las habitaciones que tienen; desde columpios en forma de donas y huevos gigantes para sentarse y tomar varias fotografías.
Aproximadamente 20 artistas locales ayudaron a diseñar este espacio que representa no solo un buen momento sino la filosofía de arte actual. Un espacio de museo contemporáneo donde se puede tocar todo sin ninguna restricción e interactuar con el arte.
Un lugar en el que no se vive la magia si no se comparte, creado para que los invitados no solo interactúen con el arte sino logren comunicar su experiencia a través de las redes sociales como lo vivimos en esta época. The hall of breakfast es una forma divertida de experimentar ese momento del día que para muchos es simplemente cuestión de una rutína.