Penique Productions trabaja desde hace 10 años el mismo concepto, hacer intervenciones arquitectónicas a partir de un globo inflable que lo cubre todo transformando el espacio llevando a una nueva interpretación del mismo a través del color y el material.
El inicio se remonta a la Universitat de Barcelona en la que Sergi, el creador, inspirado en los muñecos inflables que se despliegan en el Camp Nou tras un gol del Barcelona, quiso ocupar completamente el espacio de exposición para que sus compañeros no tuvieran dónde colgar sus trabajos. En el proceso y tras la experimentación con materiales y aspectos técnicos, se dio cuenta que la experiencia de estar dentro del globo era mucho más rica que su propósito inicial y contaba con una plasticidad muy atractiva, tanto así que invitó a sus compañeros a exponer dentro del globo.
A partir de ahí y con el apoyo de Pablo Baqué, Penique Productions fue evolucionando su desarrollo avanzando cada vez con experimentos y prototipos. El uso monocromático del color, la textura del material y el juego de luces genera una atmósfera mágica para el espectador, irreconocible para sus sentidos por lo imposible de su hallazgo en el estado natural de los edificios.
Desde el colectivo entienden sus hinchables como un objeto que se expande hasta que se fusiona con la arquitectura, generando una obra abierta al significado que cada espectador le dé con su equipaje e historia personal al entrar en contacto con ella.
“Podemos decir que nuestro método no es un método precavido. Es científico en la medida en que es prueba-error, pero no hacemos grandes estudios previos con los que calcular los riesgos para evitarlos. Nos gusta forzar los materiales y probarlos en situaciones para las que no han sido pensados.” – Sergi Arbusa
Uno de sus proyectos destacados fue la pasarela de Martin Margiela en Paris Fashion Week 2012, en la que hicieron una intervención de 9 salas conectadas entre sí en el Hotel Salomón de Rothschild.
Otro muy importante para Penique fue la intervención de A Piscina o Parque Lage en Río de Janeiro, con un reto técnico impresionante ya que por la temperatura, el globo quería salir volando y la piscina del medio solo dificultó las cosas. Sin embargo lograron resolver los inconvenientes y la respuesta del público fue tremendamente positiva.
“Todo es efímero, incluso la propia arquitectura en la que trabajamos un día perderá su uso y tendrá otro o simplemente desaparecerá. El tiempo es una condición, lo que nos interesa es la experiencia.” – Sergi Arbusa