La costumbre y la cotidianidad a veces esconden más de lo que creemos.
Con su proyecto de fotografía Fachadas Aéreas, Camilo Monzón Navas espera develar aspectos de Bogotá que se esconden más arriba de la mirada cotidiana.
Fachadas Aéreas comenzó hace más de un año de forma casi accidental. Monzón compró un dron para documentar un viaje que tenía planeado y, a la hora de probarlo, subió al último piso de su edificio en el barrio el Batán, al norte de la ciudad, para hacer unas tomas.
Lo que vio ahí inspiró un proyecto que, 14 meses más tarde, sigue corriendo con fuerza.
Los techos de las casas, en su mayoría de barro, de color ocre y naranja, tenían mucho qué contar, y develaban también la historia de una arquitectura clásica que hoy en día ha ido desapareciendo entre la jungla de concreto.
Según cuenta el fotógrafo y diseñador gráfico, fue así como entendió que, a pesar de que pasaba por ahí todos los días, nunca había visto las fachadas de los edificios de esa forma.
Eran un mundo y una vista totalmente nuevos.
El trabajo de Monzón, que hace con la ayuda de su esposa y en el futuro – espera – con la ayuda de su hijo, comienza con un levantamiento de información y una investigación en línea sobre los espacios de la ciudad. De ahí sale la idea sobre qué fotografiar. El fin de semana, cuando el clima bogotano lo permite, sale con su dron a echarle un vistazo de pájaro a la ciudad.
Desde que comenzó Fachadas Aéreas, Monzón ha retratado edificios simbólicos de la ciudad como la Biblioteca Virgilio Barco, la plaza de toros Santamaría, el planetario de Bogotá, el Cementerio Central y las Torres del Parque, ente otros.
Normalmente, Monzón busca espacios geométricos y simbólicos que cuentan una historia y permiten descubrir un ángulo de la ciudad que muchas veces – cuando la miramos al nivel de la calle – es imposible ver.
Su fotografía es, según cuenta, un ejercicio para “generar patria”, propiedad y amor por la ciudad. Ver a Bogotá con nuevos ojos, alejada del trancón y la bulla cotidiana, es como una bocanada de aire fresco para quienes habitan ahí.
Pero Fachadas Aéreas no se detiene en Bogotá. Según Monzón, espera continuar con el proyecto, que apenas va en su primera fase, y descubrir más rincones de Colombia que merecen ser vistos con otros ojos.
Imágenes cortesía de Camilo Monzón Navas.
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