Escrito por Marcela Riomalo
Fotografía por Tawfick Espriella
Son las 5:00 P.M. de un día primaveral cualquiera en Midtown Manhattan. Las puertas giratorias del legendario Time-Life Building no paran de rotar. Periodistas y editores de Fortune, Time, InStyle y People salen apurados, agitan la mano despidiéndose de algún colega y desaparecen por la boca de la estación Rockefeller con los ojos clavados en su Blackberry. Kika Rocha no hace nada de eso. Vestida con un little black dress impecable, perfectamente maquillada y con el pelo cogido en una ajustada cola de caballo, me abraza efusiva cuando sale del edificio. Su emoción contrasta con la parsimonia de fondo y, aunque nunca en su vida me ha visto, señala lo alta que me veo con los tacones que traigo puestos. “Perdona que yo sí ya me haya quitado los míos”, dice, y se mira con resignación los flats. “Los altos los tengo metidos en la cartera porque ya por hoy no daba más”, sonríe.
María Franciasca (Kika) Rocha es la Directora de Moda y Belleza de People en Español. Tiene un trabajo por el que muchas mujeres matarían. Asiste a cuanto evento, desfile, lanzamiento y fiesta hay en la ciudad. Estrena a diario prendas de diseñador, tiene un clóset lleno de productos de belleza para ella sola y, metida de lleno en el mundo del entretenimiento, definitivamente nunca se aburre. Sin embargo, no es eso lo que interesa de Kika o de su trabajo. Lo que sorprende es que sea una mujer así –afable, carismática y bogotana hasta la médula- quien defina, desde su escritorio, lo que las mujeres latinas van a desear tener la próxima temporada y, por ende, lo que las compañías de moda y cosméticos venderán y cómo y cuándo lo harán.
Como Directora de Moda y Belleza, Kika crea, produce y edita el contenido de un tercio de una de las revistas más leídas por las mujeres latinoamericanas, las cuales –explica– son consumidoras soñadas de las compañías de moda y belleza. “Nosotras nos preocupamos de nuestro cuidado diario en una proporción tres veces superior a las mujeres americanas. Sólo en 2011, las mujeres hispanas gastaron un promedio de 1.2 billones de dólares en fragancias y 3.3 billones en productos de belleza. Con datos tan poderosos como estos, las estrategias de mercadeo hacia nuestro grupo han cambiado y nuestro papel es cada vez más relevante”.
Ahora estamos sentadas en una mesa de Le Pain Quotidien. Kika ordena un té y una minitartaleta de frutos rojos con el disclaimer de que éste es su único pecadito del día. Le pregunto en qué tipo de mujer piensa cuando hace la selección de contenidos. “Pienso en mujeres reales, la mayoría de ellas madres y trabajadoras, con un promedio de edad de 32 años”, responde, y afirma que una herramienta que le ha sido muy útil para conocer a las lectoras de la revista es Twitter. 26,906 personas (casi todas mujeres) siguen a @kikarochamoda y, entre líneas, le dan las respuestas que le permiten entender lo que la chica People en Español está buscando. “En el fondo”, dice, “lo que quieren se resume a ropa de moda y cosméticos de calidad que no cuesten una fortuna”.
Hablando de Twitter y de Internet, le pregunto cómo cree que la compra virtual, portales como eBay y las redes sociales han cambiado las dinámicas de la industria de la moda. Saborea la minitartaleta (que en verdad es mini) y me dice que aunque facilitan el proceso de búsqueda y le ahorran tiempo a la gente, ella los usa muy poco y para adquirir cosas básicas. “Aunque suene anticuado, nada se compara con el plan de salir de compras, tomarse su tiempo para escoger con calma y frente al espejo lo que realmente nos conviene. ¡Es una terapia femenina a la que no pienso renunciar!”.
Dice esto con un acento bogotano que no ha cedido en lo más mínimo a pesar de los años de vida neoyorquina, y me intereso por saber cómo es que pasó de ser una chica capitalina como cualquier otra, a ocupar un cargo tan importante en una de las revistas más leídas y en una de las ciudades más competidas. La historia podría resumirse más o menos así: Antes de mudarse a Nueva York, trabajó durante ocho años en algunas publicaciones colombianas (Semana, Fucsia y Buen Vivir). En 2001 empezó una maestría en Publicaciones en NYU, luego hizo una pasantía en Sports Illustrated Women y de ahí pegó el salto a People en Español.
Suena sencillo pero, haciendo cuentas, son más de dieciocho años en el mundo de la moda. Imagino que habrá visto muchos cambios en la industria y le pregunto por ellos. “Las colaboraciones de los grandes diseñadores con tiendas de cadena en masa bajo el concepto de ‘diseño para todos’ han revolucionado la industria y han culturizado al brindar a las mayorías la oportunidad de vestirse de ‘marca’ a precios posibles”, responde. “También me encanta ver cómo la recesión económica ha cambiado la forma en que las mujeres se visten y combinan sus marcas caras y económicas sin pena. Antes pocas confesaban llevar una camiseta de H&M, pero alardeaban a gritos de su cartera Chanel. El secreto hoy es saber invertir en accesorios y complementos valiosos, y comprar ropa de diario funcional y prácticamente desechable al final de la temporada. Los nuevos íconos de estilo son aquellas mujeres que saben hacerlo, que pueden lucir descomplicadas y chic sin esfuerzo”.
Me pregunto qué de todo lo que trae puesto Kika será del tipo desechable. En verdad cuesta imaginársela entre los racks de H&M buscando esa camiseta de USD$5. Todo en ella es refinado, todo parece cuidadosamente seleccionado y se me antoja que lo suyo quizá no sea ser un “nuevo” ícono de la moda, sino ser un ícono (a secas) de lo clásico y lo atemporal.
Empieza a hacerse tarde y Kika tiene que ir a encontrarse con su esposo y su hija Victoria. Antes de pagar la cuenta concluye diciendo que adora su trabajo y que sólo se le ocurre una cosa que no le gusta de él: “El tiempo nunca es suficiente para absorberlo y disfrutarlo todo y aunque soy una dura para dominar los tacones (no puedo vivir sin ellos), sigo buscando el par perfecto que me permita estar las 24 horas encaramada en ellos sin sentirlo… 17 horas ha sido mi récord hasta el momento”, dice, y hace una mueca de agotamiento.
Salimos. Hago una última pregunta: Si no te dedicaras a lo que te dedicas, ¿en qué trabajarías? “¡Escribiría libros!”, responde entusiasmada. “Ya estoy en el proceso de producir el primero. No hay mejor escenario que inspire para eso que el hermoso campo de Colombia y sus montañas. Allí sí que cambiaría los Louboutin por alpargatas sin remordimientos”. Y tras decir esto suelta una risita, se despide y se aleja caminando sobre las suelas de sus flats, mientras los tacones que no veré dan tumbos de un lado a otro en la inmensidad de su cartera.
Link de interés: detaconesymas.com
Sígala: @kikarochamoda
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