Dries Van Noten (1958), es uno de los diseñadores que más se ha destacado por tener clara la diferencia entre la extravagancia efímera del mundo de la moda, y la creación de prendas hechas desde conceptos como la elegancia, el tiempo, la calidad, y pensadas para celebrar la verdadera esencia creativa de la alta costura. Nació en Bélgica y es el nieto de un sastre e hijo del dueño de una tienda de moda para hombres, por lo que en su historia familiar ya había razones por las que su vida en el mundo del diseño podía estar predestinado. En el año 2017 fue nombrado como Barón Van Noten por orden real del rey Felipe I. Se graduó en 1980 de la Academia Real de Bellas Artes de Amberes, y en 1986 presentó su primera colección de ropa masculina junto con otros cinco graduados de su escuela; a partir de ese momento se le reconoció como uno de “Los seis de Amberes” (The Antwerp Six), un título que adoptó junto con Walter Van Beirendonck, Ann Demeulemeester, Dirk Van Saene, Dirk Bikkembergs y Marina Yee. La colección, bastante sobria y con una elegancia clásica, se elaboró utilizando mayoritariamente lino, algodón y lana ligera.
Su primera pasarela en la París Fashion Week en 1991, marcaría un punto de inflexión en su carrera, pues desde ese momento, se comenzó a entender mucho más a fondo una filosofía que se ha interesado por reflexionar sobre qué es la belleza y el paso de la juventud a la madurez, siempre con un sentido único de la elegancia, pues ha sabido entender el balance entre la creatividad y la distinción, algo que lo ha llevado a ser crítico con el mundo de la moda: “La pasarela se ha convertido en un ejercicio de extravagancia… ¿A alguien le importa qué vestido lleva Gigi Hadid? ¡A nadie! Es una lástima que la moda se haya convertido en esto. Este oficio se merece mucho más. Deberíamos celebrar su esencia”.
Además de ser destacado en la creación de prendas de moda masculina, Van Noten también apostó por la ambigüedad de género en sus creaciones; así, por ejemplo, su primera colección de prendas masculinas fue adquirida por las galerías Barneys en Nueva York para adaptarla a su sección femenina, borrando las fronteras de género, algo que se ha visto en sus colecciones cuando aparecen faldas sobrepuestas, cinturas pronunciadas o incursiones en las plumas y flores. En 1993 abrió su tienda de ropa femenina en París, y en 1996 fue pionero en presentar mujeres reales, pues para su colección de Primavera-Verano, realizó su pasarela en una piscina vacía donde 72 personas sin ninguna experiencia en modelaje, dieron un espectáculo inolvidable.
En el año 2018 en alianza con la firma Puig, incursionó en el mundo de las fragancias y del maquillaje con una serie de productos que reafirman la visión de Dries Van Noten, donde los códigos del diseño son el contrapunto y el contraste que se reflejan vívidamente en los frascos de fragancias y los empaques de lápiz labial para crear una impactante declaración visual a través del uso de materiales, patrones y texturas.
“El maquillaje es magia: es la forma en que quieres mostrarte, expresarte y cómo te sientes en un momento determinado”
Recibió el premio como Mejor Diseñador Internacional del Council of Fashion Designers of America en el año 2008, pues la excelencia de su trabajo ha sido fruto de una convicción inquebrantable en la calidad y el confort que deben caracterizar sus prendas, por lo cual, solo presenta dos colecciones al año, Otoño-Invierno y Primavera-Verano. “Necesito mi tiempo para desarrollar mi trabajo. No puedo ser constantemente creativo, y mis historias no se escriben sin tiempo. Creo que ya es difícil sorprender a la gente cada seis meses”. Ese mismo año vistió a la actriz Cate Blanchett para los Premios de la Academia y desde entonces ha continuado vistiéndola a ella y otras celebridades como la actriz Maggie Gyllenhaal, Nicole Kidman o la reina Mathilde de Bélgica.
Dries Van Noten tiene tiendas en Amberes, Hong Kong, Tokio, París, Singapur, y en el año 2020 en medio de la pandemia, el diseñador abrió su primera tienda en Estados Unidos ubicada en La Cienega Boulevard en Los Ángeles, en la casa de una antigua fábrica de joyería, y aunque el momento no parecía el más indicado, su intuición y tenacidad lo llevó a pensar ¿Por qué no ahora? “Para mí, una tienda tiene que ser única, reflejar la ciudad en la que se encuentra y la persona que la mantiene”, mencionó para Los Ángeles Time.
Su estilo ha evolucionado y se le reconoce por ser atrevido y desafiante. En el año 2022 mostró su nueva colección Primavera-Verano a través de un ecléctico fashion film y un lookbook para la Semana de la Moda de París en colaboración con el cineasta Albert Moya y el fotógrafo Rafael Pavarotti. La colección estuvo inspirada en el Festival Holi de la India y con el objetivo de transformar la moda festiva del Tomorrowland desde la alta costura, presentó una variedad de colores vivos y siluetas que buscaban provocar sensaciones de felicidad y euforia.
Con más de 30 años en el mundo de la moda, y aun con cierta obstinación hacia la inmediatez y la extravagancia, ha cultivado una reputación como “diseñador de diseñadores”, pues sus impecables creaciones reflejan los cambios culturales a través de puestas en escena que nos alertan de que la moda no son solo trajes que cambian a los caprichos pasajeros, sino un arte de reivindicación y una herramienta de repercusión social que la revisa, la identifica, y luego nos invita a reaccionar frente al mundo, conduciéndonos desde sus colecciones a la reflexión.