Las selfies se han convertido en el pan de cada día para muchos de los jóvenes en el mundo, los cuales se toman aproximadamente doscientas de estas fotografías diariamente. En este mar de autorretratos, es muy común encontrarse con estilos muy simples, lo cuales resaltan como es un día en la vida de estas personas. Pero Izumi Miyazaki, una fotógrafa japonesa, le esta cambiando la cara a este tipo de fotografías al agregarles un toque surrealista lleno de un gran humor expresivo.
Todo empezó en el 2012, cuando Izumi todavía era una estudiante en la Musashino Art University de Tokyo, compartiendo su trabajo en la plataforma de Tumblr. Pero al ver que su audiencia crecía todos los días, decidió convertir sus imágenes en un proyecto creativo personal, llevándola a tener un gran éxito al poder presentarse y aparecer en importantes galerías, bazares y revistas en Japón, Luxemburgo y Estados Unidos.
Sus fotografías reflejan sus sueños más lúcidos, en donde lo mundano se convierte en algo nuevo con un toque de magia, ya sean con conos de arroz, huevos, panes como orejas o sardinas. Para Izumi, el proyecto fue convirtiéndose, quizá de forma involuntaria, en una exploración fotográfica que invita al espectador a echar un vistazo crítico hacia la modernidad y libertad creativa de la juventud asiática, logrando destacar por su tono humorístico, onírico, glotón y hasta grotesco.
Al ponerse a sí misma en el centro de atención y como el tema principal, Izumi se libera para poder jugar con cambios sutiles de expresión que nos muestran su sentido del humor. Debido a que la mayor parte de su obra se escenifica en lugares mundanos y normales, las imágenes casi pueden leerse como un diario visual de sus emociones. La manipulación digital, sofisticadas técnicas de iluminación, el juego con elementos cotidianos y la invasión de espacios públicos y privados se han convertido en principales armas artísticas para cautivar al público de todo el mundo.