Cuando se habla de Terry Richardson es imposible no pensar en la palabra controversia. Imposible no recordar la cantidad de señalamientos y bocas abiertas que este fotógrafo estadounidense ha generado en su carrera profesional, no solo por el alto grado de connotación sexual que tienen sus fotografías a modelos o celebridades, sino por la dinámica y ambiente que maneja en sus estudios.
Uno de estos últimos escándalos fue las declaraciones que la modelo Emma Appleton hizo respecto a él. Según la modelo, recibió un mensaje desde la cuenta de Facebook del fotógrafo donde este explicaba que si ella quería aparecer en la revista Vogue, era necesario que se acostara con él. Las declaraciones han sido negadas por cercanos del fotógrafo.
Pero más allá de la noticia que no es nada nueva, pues ya otras modelos habían hablado con respecto a los métodos de trabajo de Richardson, lo que destaca a esta, es que por primera vez marcas y revistas afrentan la situación al decir que no piensan trabajar con el fotógrafo en el futuro. Con esto, se empieza a cuestionar el rumbo que tomará el trabajo del fotógrafo.
Pero así su futuro fuese incierto, es imposible no subir la cabeza y mirar por una vez más (o varias veces) las imágenes retadoras que por años ha compartido este fotógrafo.
Su niñez estuvo marcada por imágenes y ambientes controversiales. Nació y vivió en Los Ángeles, California. Su padre fue un reconocido fotógrafo quien de alguna manera le presentó a temprana edad el mundo del lenguaje visual. Desde la década de los noventa, Richardson ha trabajado con marcas y revistas tan reconocidas como Vogue, H&M, Diesel, Tom Ford, Marie Claire entre otros; en cada uno de sus proyectos ha dado de qué hablar.
Sus fotografías (específicamente sus retratos) retan la comodidad del espectador. Hay desnudos, poses insinuantes y un erotismo exacerbado. No hay espacio para la imaginación. Pero donde muchos encuentran una repetición de fotografías vulgares, grotescas y con una rebeldía sin sentido, para otros, sus fotografías expresan otras ideas.
Expresan el irrompible vínculo que existe entre el hombre y su sexualidad; una reivindicación con el cuerpo y la aceptación de este. Muestran la multiplicidad de personalidades y personajes que tiene una persona. Expone que frente a la cámara, las actitudes y pensamientos más vergonzosos, son aquellos que nos llenan de algún tipo de libertad y encanto.
Por el ojo con el que se quiera mirar, ambas visiones muestran que Terry Richardson es sinónimo de polémica. Pero lo que para algunos debe mostrarse detrás de las cámaras, para él, debe hacerse ante los ojos de todos.
Fotos por: Terry Richardson
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