Jeff Koons, el artista vivo mejor cotizado del mundo, aterrizó este jueves 14 de abril en Buenos Aires para la instalación de su Ballerina sentada, una preciosa escultura de más de 2 metros que hasta septiembre, decorará la explanada del Malba.
La obra juega con contrastes. Es kitsch y delicada pero imponente e industrial; es frágil —en nuestro imaginario— pero pesa 1.543 kilos, está hecha de acero inoxidable y pintada a laser por más de 100 artistas que trabajan con Koons en su taller de Fráncfort.
Es este continente su inspiración para la serie “Antigüedad” compuesta por reproducciones de esculturas griegas y romanas, así como por la Ballerina, la cual reeinterpreta una figura de porcelana encontrada en una fábrica rusa del principios del siglo XX y también recuerda a las bailarinas de Edgar Degas.
Jeff Koons es un artista de este siglo: Es polémico y controversial —le critican su pasado yuppie en Wall Street y su matrimonio con la Ciciollina—; es pop y escandaloso; es capitalista y mundano; es kitsch y monumental.
Monumental como su Ballerina, que luego de ser expuesta en el museo porteño pasará a cumplir la función para la que ella y sus compañeras de porcelana fueron creadas: Decorar una sala, esta vez en el condominio de lujo en Miami del presidente del Malba, Eduardo Costantini.
Más info: Exposición MALBA