Durante más de cuatro décadas, organizaciones como Greenpeace y World Wildlife Fund, han luchado por detener la degradación del medio ambiente a través de campañas que promueven la conservación de las especies terrestres y marinas en vía de extinción, al igual que el cuidado de las selvas, los oceános y el ártico. Pese a este esfuerzo, la mitad de las zonas selváticas ha sido destruida como consecuencia de actividades ilícitas, lo que ha generado un interrogante frente a lo que realmente se necesita para impulsar un cambio.
Es así como nace Cool Earth, una organización que le da un nuevo enfoque a la lucha por el planeta. ¿Cómo? Por medio de proyectos que involucran a los locales, quienes al depender de la selva para vivir y trabajar, sienten empatía, y por lo mismo, ganas de protegerla.
Hasta el momento, el impacto de esta organización se ha visto reflejado en tres continentes: América del Sur, África y Oceanía, no sólo en cuanto al crecimiento exponencial de las áreas protegidas, sino también en el fortalecimiento de la salud, la educación y el trabajo en las poblaciones que participan en el programa. Se espera que cada aldea sea autosostenible después de un periodo de siete años, lo que además de ser un sinónimo de calidad de vida, también indica que los habitantes tendrán más herramientas para luchar por las selvas y los bosques que, en últimas, son sus hogares.
Proteger el medio ambiente es tarea de todos. Cool Earth funciona por medio de donaciones que se pueden realizar a través de su página web, utilizadas en su totalidad para financiar los proyectos escogidos previamente por los representantes locales de cada territorio: desde sistemas de agua potable y redes para mosquitos, hasta entrenamientos laborales y nuevas aulas de clase. ¿Qué espera para hacer su aporte?
Conozca más de Cool Earth aquí.