Ana Beliza Mercado
THATLATINGAL
PFW para EXCLAMA AW20.

Una vez más nos encontramos ustedes y yo para hablarles de los sucesos de hoy en el Grand Palais de París, en donde se llevó a cabo el desfile de otoño/invierno de la maison consentida de Francia: Chanel.

Van a ser dos temporadas desde que Karl Lagerfeld el showman alemán que llevaba la dirección creativa de la marca junto a la de Fendi y su línea propia falleció y se sigue respirando en el ambiente algo de nostalgia y una nota de austeridad.

Desde que me encontré de frente con la visión de Virgine Viard en SS19, tengo que decir que me invadía una sensación de estar perdiéndome algo ya que jamás tuve la oprtunidad de vivir una de las experiencias en las que Karl “botaba la casa por la ventana” en cuanto al espectáculo de la casa Chanel se refería. Sin embargo tengo que decir que además de sentirme profundamente satisfecha por la idea de tener nuevamente una presencia femenina en la directriz de la casa Chanel, me gusta mucho la franqueza de Viard y su transparencia con el tiempo presente.

El día de hoy no fue nada distinto en esa medida, visto desde arriba, la pasarela junto con las escaleras en las que nos encontrábamos sentados, daba la sensación de melting ice o hielo derritiéndose y el “espejo” utilizado en el piso, la alución del hielo que junto a nubes de neblina nos aterrizan en la atmósfera del invierno.

Un espacio para la emoción, el nerviosismo, la tertulia, la antesala, el momento del pre, tan valioso y poderosa la espera. Empieza la música y como si se tratase de dos amigas que caminan sin rumbo fijo, (piensen en esa última conversación fascinante que tuvieron con alguien en donde se les olvido el tiempo y donde estaban parados) algo así era la sensación de ver a estas mujeres tranquilas, ajenas a lo que pasaba a su alrededor, caminando, hablando.

Un retrato fino de la realidad, una percepción moderna y cercana, muy cercana de lo que para Viard es el retrato de la mujer Chanel, una mujer que al igual que las otras camina, pero si lo puede hacer junto a más mujeres camina mejor. El mundo de Viard es un lugar inclusivo, en donde todas las bellezas con sus rasgos y matices son celebrados y la fraternidad de dar pasos juntas -la coreografía era literal una sincronía de pasos si se dan cuenta en el video- (en cualquier escenario así sea este) crea un eco poderoso. Una mujer consciente que son tiempos austeros para la moda, una mujer que quiere que todas las mujeres se sientan conformes con su belleza y no contenta con eso, una mujer que quiere que se disfrute el andar en compañía de más mujeres, presentes, en el aquí y el ahora y no en la percepción de afuera. Esa es la mujer que vive en la mente de la que ahora, es la directora creativa de la casa Chanel.

Ana Beliza Mercado, Chanel AW 20.

Al referirse a la colección Viard dijo lo siguiente: “Un impulso muy simple y puro, romanticismo sin flores, emociones sin adornos, movimiento… aire para el desfile sin marco, no me gusta delinear”… una enseñanza bonita para los creativos en Latinoamérica que tendemos a pensar que para crear gran momentum necesitamos de mucho adorno, de mucha saturación o de mucho recurso, cuando realmente a veces también está bien decir que lo que se quiere es simplemente, aire.

Una colección en donde me encontré a mi misma en más de 5 mujeres, a medida que salía a relucir cada uno de los looks pensaba que quizás ese era con el que me sentía más identificada, pero gratamente, para mi sorpresa, me sentí identificada más de 7 veces en la misma colección. Un ejercicio personalmente complejo, pero a su vez, reconfortarte. Es liberador pensar que me puedo perder y encontrar más de 7 veces y que en mi ejercicio como mujer, la aguja de Viard me permite: ser sin marcos, ser con aires, simplemente ser, sin necesidad de definir ni delinear que tipo de mujer debería ser.

En cuanto a los looks específicos hay varios hints maravillosos de la simbología de la casa Chanel que Viard explotó de manera sutil. Las botas por ejemplo, inspiradas en las botas de siete leguas de Karl Lagerfeld y a su vez a su mística en el folclor europeo en donde quien las usa, puede caminar 7 leguas, un recorrido que parece similar al que pudo haber hecho el mismo Karl durante su vida en la tierra, como creativo. En esta colección no hubo vestidos solo casaques (o como diríamos en español) chaquetas manga larga. En cuanto a la paleta de color,- como también es simbología Chanel- primaron el blanco y negro por excelencia y algunos rosados y verdes pálidos. Un suspiro sutil, suave, en donde el mensaje iba en el aire de las telas que flotaban y en el pelo de las modelos que fluía, como el viento helado, en época de invierno.

Finalmente, me conmoví mucho hoy al ver la cuota latina de representación en Chanel, una muestra muy importante de la importancia que tenemos como región y de la necesidad que al igual que otros lugares del mundo, sentimos por la información, por la educación valiosa de la moda global, crucial para alimentar el sistema local y poco a poco cerrar la brecha entre una esfera y la otra.

Ana Beliza Mercado, Atenas Hernádez y Leonor Jímenez.

Distinto, bello, simbólico, halagador. ¡Un gran día sin duda alguna! Una completa poesía en movimiento para la mujer que decidió hace mucho tiempo que todas las mujeres en virtud de nuestra mente tenemos el valor de transformar, que en el valor de transformar tendremos siempre la herramienta de la estética y que con la herramienta de la estética a nuestro favor, en el ahora mundo de Viard, podremos caminar juntas inclusive sobre hielo.

¡En las historias de EXCLAMA les dejé como sería cada día de la semana en cada uno de mis looks favoritos para que se inspiren!

Mucho amor y sabrosura pura desde París.
Su latingal,
Beli.