La vista se ha convertido en una parte importante a la hora de crear un proyecto arquitectónico, sobre todo si este se espera que sea habitable. En el caso de Casa Negra, uno de los proyectos de la reconocida arquitecta Frida Escobedo, este aspecto fue fundamental para crear el espacio perfecto para su cliente: un fotógrafo con deseos de poder observar todo lo que ofrece CDMX.
La inspiración para Casa Negra provino de uno de los de los elementos de la historia de la fotografía, la cámara oscura. La casa actúa como este antiguo artefacto, permitiendo observar y retratar los alrededores del lugar desde su ventanal central. Su forma de caja negra se alza sobre el suelo, gracias a las columnas que le dan soporte y le permiten tener la vista perfecta de las colinas de la ciudad.
El proyecto se realizó con un presupuesto limitado, lo cual no impidió que la idea inicial se llevara a cabo. Se utilizaron pocos materiales que permitieron la construcción de un espacio habitable que contara con sala, cocina, habitaciones y una terraza de observación. Uno de los desafíos más grandes durante el proceso de diseño fue encontrar la manera de mantener la casa caliente sin sobrepasar el presupuesto y para esto se pintó la fachada con un gris oscuro para que el sol la calentara por la mañana y por la tarde irradiara todo el calor acumulado.
Para la arquitecta mexicana no es necesario tener un material muy lujoso para lograr una sensación o estado de ánimo muy sofisticado. Esto lo ha demostrado a lo largo de su carrera, desde que fundó su estudio Frida Escobedo, Taller de Arquitectura, en el 2006. Sus proyectos han sido muy destacados en su país natal y en países como Portugal e Inglaterra, en donde ha realizado intervenciones y obras urbanas.