Esta fantástica casa privada, situada en el barrio de Lapa de Lisboa, ha sido construida en un estrecho y profundo lote de aproximadamente siete metros por veintiséis metros. Originalmente el terreno estaba ocupado por un pequeño pabellón industrial, que fue completamente eliminado para hacer camino para la nueva casa llamada: Casa en Rua São Francisco de Borja.
La propuesta fue construir una casa integrada en un solo bloque, donde la fachada no pierde su relación con la ciudad y su contexto y por dentro se produce algo novedoso y fresco. Es un tema que siempre ha sido parte del pensamiento del arquitecto Ricardo Bak Gordon de Bak Gordon Arquitectos diseñadores de la casa, y con el apoyo de Nuno Costa como coordinador arquitectónico y la colaboración de Daniela Cunha, Maria Passos, Pedro Saraiva y Tânia Correia.
¿Cómo construir una casa con el lenguaje de su época, que respete y realce simultáneamente las virtudes del lugar? La fachada revela esta preocupación, dejando resonar los ambientes internos de la propia casa. Ya sea a través del piso y la forma en que se desarrollan los accesos (acceso a la puerta principal y a la del garaje) con una rejilla de madera, dejando entrever un intervalo ventilado entre interior y exterior, o a nivel del comedor con una única ventana en fachada, o incluso con una especie de espacio sustraído en el suelo del salón, donde se ubica un pequeño jardín/ jardinera asegura la transición entre ambientes interiores y exteriores.
La casa se desarrolla a lo largo de la parcela, mayoritariamente en dos volúmenes que comparten un patio común, accesible desde un pasillo amplio, totalmente revestido con azulejos (es una pieza alfarera de cerámica, similar a la baldosa, hechos a mano) en una especie de paseo marítimo Mediterraneo. La casa se revela en múltiples direcciones, ya sea horizontalmente entre los espacios más privados de dormitorio y oficina, o verticalmente a través de los espacios sociales, hasta llegar al techo y disfrutar de las espectaculares vistas panorámicas sobre el río Tajo.
La combinación del hormigón visto en fachadas y techos, así como los azulejos verdes hechos a mano, los anodizados, la carpintería, la madera o el aluminio termomodificado en la fachada principal, dotan al edificio de una importante personalidad y contribuir a la atmósfera del lugar. Sin duda, una casa para disfrutar Lisboa en su máximo nivel.