Venecia, 20.01.25
CAMPO, es un programa de estudios y practicas curatoriales único en su clase promovido por la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, con el apoyo de la Fondazione CRT, que se ha consolidado como el curso de referencia en Italia para jóvenes curadores. Su propuesta destaca por una interesante metodología que combina formación académica especializada en curaduría con una residencia itinerante.
A lo largo del año, los jóvenes curadores, residentes en Italia alternan una semana al mes de lección frontal en la sede principal de la Fundación de Turín con viajes a las principales ciudades que componen el sistema italiano de arte contemporáneo: Bolonia, Florencia, Milán, Nápoles, Roma, Turín y Venecia. Además, el programa incluye un viaje fuera del país a una de los eventos más relevantes en el panorama internacional. Este año, los estudiantes visitaron el circuito de Manifesta en Barcelona, explorando también otras instituciones culturales de la ciudad. Durante estos viajes, los participantes enfrentan itinerarios intensivos que les permite adentrarse en el tejido artístico y cultural de cada lugar, visitando instituciones privadas y públicas, estudios de artistas, espacios emergentes y galerías, interactuando directamente con directores, curadores, artistas, críticos y profesionales del arte.
El programa culmina con la realización de un proyecto colectivo que refleja las habilidades curatoriales adquiridas por los estudiantes. En conjunto con el programa Young Curators (la residencia para jóvenes curadores), CAMPO forma parte del eje educativo de la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, cuyo objetivo es preparar curadores que respondan a las necesidades actuales del sector y a las exigencias de gestión inherentes a este rol.
El proyecto de CAMPO24, titulado Thinking about the future: at the edge of utopia (Pensar el futuro: en la era de la utopía), curado por Eva Adduci, Matheew Carrillo Marentes, Martino De Vincenti, Edoardo Durante, Francesca Franzone, Marta Ferrara, Gabriele Logiudice, Silvia Muffolini y Daniela Viesti, tuvo lugar en los espacios de la Fondazione Sandretto Re Rebaudengo en Turín en el mes de diciembre. En esta propuesta, los jóvenes curadores exploraron la posibilidad de imaginar y habitar futuros alternativos, seleccionando una serie de obras en video y performance para articular su visión.
La reflexión del filósofo inglés Mark Fisher sobre la desaparición del futuro, planteada en una intervención en el evento Everything Comes Down to Aesthetics and Political Economy (MAMA, Zagreb, 2014), sirvió como una de las referencias clave para el proyecto. Fisher argumentaba que las dinámicas de las sociedades capitalistas, marcadas por procesos de reapropiación constante y una obsesiva búsqueda de la novedad basada en el reciclaje del pasado, han hecho que las nuevas generaciones pierdan su capacidad imaginativa. Este fenómeno, según el filósofo, ha limitado la posibilidad de concebir utopías, convirtiendo la tarea de imaginar el futuro en un desafío cada vez más complejo.
En este contexto, Thinking about the future: at the edge of utopia buscó responder a estas inquietudes, sin pretensiones de ofrecer respuestas definitivas. Más bien, el proyecto se presentó como un juego serio, un ejercicio que permite alejarse de los rígidos límites de una realidad concebida como un sistema de control, dando paso a la poética de la improvisación, estimulando reflexiones sobre cómo concebir las utopías de nuestra generación.
Como prólogo y manifiesto del evento, la serie 10 sec. Thinking About the Future de Nina Fischer y Maroan El Sani (1998–2005), compuesta por cinco videos, dio título al proyecto. En esta obra, el dúo capturó los procesos internos de diversos participantes, entrevistados en ciudades como Tokio, Roma, Berlín y París, mientras reflexionaban sobre su futuro. Entre temor, esperanza y deseo, los videos ofrecen un retrato social de diferentes generaciones de los años 90, a la vez que se presentan como un testimonio del pasado que ya no se enfrenta al futuro, sino que se transforma en una mirada distante hacia ese futuro que habitamos hoy.
Lovely Sunday (2021) de Young-jun Tak
A partir de esta reflexión inicial, en el auditorio se proyectaron en bucle cuatro videos de producción reciente, que continuaron explorando el concepto de utopía desde diversas perspectivas. El primero, Wish You a Lovely Sunday (2021) de Young-jun Tak, exploró las similitudes estructurales de dos espacios de congregación, habitados por comunidades con rituales y normas propias. La obra indagó la relación entre la práctica religiosa y la cultura del club. Nos desafía a especular sobre el futuro de las experiencias colectivas, interrogándonos si seguirán siendo relevantes o si, con el tiempo, las conexiones profundas entre individuos se transformarán en algo completamente diferente.
The Working Life (2013) de SUPERFLEX
A continuación, The Working Life (2013) de SUPERFLEX situó su narrativa en el contexto posterior a la crisis económica de 2008, cuando las condiciones laborales empeoraron progresivamente. El video abordó esta situación desde una perspectiva terapéutica y casi irónica, explorando la paradoja entre el deseo de trabajar y la necesidad estructural de mantener bajos los salarios, mientras reflejaba la crisis y la confusión personal del momento. Así, la utopía de un mundo laboral satisfactorio y equitativo se convierte en un espejismo, una visión cada vez más difícil de alcanzar en una sociedad que favorece la deshumanización de los trabajadores y la explotación económica.
When the Body Says Yes (2021) de Melanie Bonajo
La siguiente obra, When the Body Says Yes (2021) de Melanie Bonajo, presentó una poderosa reflexión sobre la erosión de la intimidad a través de un campo de placer positivo. Los intérpretes, una muestra de los que a diario son excluidos, desafían las políticas sociales sobre el cuerpo y la identidad, invitando al espectador a reflexionar sobre la intimidad y su significado colectivo. La obra plantea una visión de un mundo donde la afectividad, el cuidado mutuo y el placer no son vistos como actos subversivos, sino como experiencias fundamentales para la creación de una comunidad más inclusiva y empática.
Olho da Rua (2021) de Jonathas de Andrade
Para finalizar, Olho da Rua (2021) de Jonathas de Andrade abordó la crisis en Brasil, mostrando la desintegración de un gobierno miope frente a la creciente pobreza y hambre durante la pandemia. Recife, ciudad microcosmos de luchas sociales, fue el escenario donde se entrelazaron tensiones históricas y contemporáneas, especialmente hacia las comunidades negras, indígenas y las minorías políticas. Con esta pieza, se invita a imaginar futuros en los que las comunidades marginadas no solo sean escuchadas, sino que también tengan la capacidad de redefinir las estructuras que los oprimen.
Como parte del programa expositivo, se presentó la registración de la puesta en escena Los Incontados: un tríptico (2019) del colectivo colombiano Mapa Teatro, presentada en Atenas durante el Epidaurus Festival. Esta obra forma parte del tríptico Anatomía de la Violencia en Colombia, cuyo enfoque es la relación paradójica entre fiesta y violencia, un binomio que ha dado lugar a tragedias y masacres en el contexto del conflicto armado colombiano. Con esta obra el espectador se adentra en las huellas del oscuro pasado del país, que encarnan los límites entre las utopías latinoamericanas que nunca sucedieron y una voz en devenir.
Las obras seleccionadas presentan contextos distópicos marcados por conflictos y violencia, destacando cómo el «hacer comunidad»; se convierte en un elemento recurrente en los procesosespeculativos. La creación de nuevas utopías suele surgir a través de la generación de espacios de microresistencia y dinámicas participativas.
Siguiendo la misma línea de participación, el colectivo emergente Falive presentó su formato itinerante, que, a través de la improvisación, generó espacios de intercambio y exploración en la intersección entre la experimentación musical y la performance. Basándose en textos sobre la utopía, Falive creó un ritmo compartido que surgió de manera espontánea de la interacción entre 30 performers, entre músicos y bailarines, convocados a través de una convocatoria pública. Estos se conocieron el mismo día de la performance e improvisaron tanto con el espacio como con la obra de Nina Fischer y Maroan el Sani. Durante esta acción, los intérpretes establecieron un grupo efímero, creando una experiencia colectiva irrepetible.
Es importante destacar la gestión espacial del lugar, los ritmos entre las obras y el intento por reestructurar algunas de las convencionales normas expositivas dentro de una institución prestigiosa. Esta muestra, con tintes de screening y un sencillo programa público, invita a la reflexión sobre la necesidad de entrenar a los jóvenes curadores con artistas de diferentes calibres. Este tipo de dinámicas amplía horizontes, desarrolla redes profesionales, y da confianza para concebir nuevos formatos e ideas, dando voz a perspectivas frescas para releer obras, lo que propicia trasversalidad en los modelos en el arte contemporáneo.
El resultado es inequívoco: se trató de un proyecto complejo en el que la convergencia de diversas perspectivas y enfoques afinó una propuesta curatorial que, a la vez, preservó el espíritu diferenciador del programa. Este proceso no solo enriqueció esta edición, sino que también dio a conocer a un grupo de jóvenes curadores, fortalecidos con nuevas herramientas y una visión renovada, capaces de replantear y expandir los límites de la práctica curatorial.