Con un trabajo de reportería gráfica, el fotógrafo bogotano Sebastián Arce explora el Café Carimali, ubicado en Ciudad de México. Su experiencia dentro de este espacio curioso y la conversación con el dueño del café se retratan a continuación através de fotografías que, por medio de su color, llenan el lugar de magia.
Entre sorbos, olor a café y lo que él considera el paraíso, pasa Rafael sus horas desde hace 42 años, cuando su padre decide que será el café, aquel alimento que le proporcionara a su familia el sustento diario, el punto alrededor del cual su vida tendrá sentido. Comienza entonces una labor en la que se alabará la tradición y se establecerá este grano como símbolo de la misma lucha del pueblo mexicano por la supervivencia.
Así, el día comienza con el tostador humeante encendido. Mientras tanto, el molino se concentra en su tarea de triturar y de disipar el grano. La balanza dosificadora de los años 60’s, terminará por actuar como instrumento regulador de la medida exacta que el cliente requiere, y entre tanto, la cafetera en medio de danzas sincrónicas, marca el inicio de un nuevo día.
El café Carimali es un tostador/molino/expendio de café. No es una cafetería. Nace de la idea de la independencia laboral y del respeto por la transmisión del concimiento generacional. Trata en todo sentido de conservar el folclor mexicano, y de trabajar en el rescate de una de las tradiciones culturales más ancestrales de este pueblo.
Entre risas, Rafael se describe como un hombre muy conservador. Explica su día a día en medio de su trabajo cotidiano, mientras reconoce que el café veracruceño es uno de los mejores granos de su tierra.
Rafael explica que considera mágica la similitud entre la exigencia de las mujeres y la del proceso del café. Dice también que la palabra café reúne todo el sentido de su vida, siendo éste es su mejor compañía, su anímico natural, y su recuerdo del paraíso. El aroma del grano le reafirma su convicción de mantener vivo este espacio que se resiste al movimiento industrial y que procesa café con altos estándares de calidad.
Fotografía por Sebastián Arce
Escrito por Adriana Sánchez
Café Carimali. Calle Copérnico 22. Col. Anzures. Miguel Hidalgo DF. México.