La creación de espacios vivos que contrastan con el concreto de las paredes y que logran trasmitir dinamismo e inmersión en la frágil y delicada naturaleza hacen parte del trabajo de la artista digital Jennifer Steinkamp, que con sus video-instalaciones ha podido plasmar la belleza y diversidad de este elemento único que el hombre se ha dedicado a destruir.
Todo comenzó en Pasadena, California, en una noche de 1989, cuando realizó su primera instalación en el bungalow que se encontraba en el patio de su casa. Nuevos mundos se plasmaron en aquellas paredes, paisajes espaciales y copias del planeta Tierra. Todo esto se convertiría después en su tesis de grado y su punto de partida a lo que sería su la carrera como artista.
En sus inicios, Steinkamp utilizaba figuras abstractas que jugueteaban con la percepción del espectador, gracias al movimiento y al espacio donde eran plasmadas, pero desde que realizó una instalación en homenaje a las víctimas del 9-11, en donde utilizó miles de flores creadas por computador, la artista quedó encantada con la naturaleza virtual, convirtiéndola en eje central de sus creaciones posteriores.
Con esta nueva perspectiva pudo recrear el entorno de historias clásicas como la leyenda de Medusa, en una la instalación titulada Eye Catching, donde las ramas de los árboles lograban moverse como las serpientes que predominaban en la cabeza de aquel personaje mitológico. También obtuvo inspiración de los cuentos de los hermanos Grimm, específicamente en Rapunzel, de la cual destacó su larga cabellera representándola como lianas de flores que estaban a la espera de ese príncipe que venía a rescatarla. Entre sus presentaciones más destacadas se encuentra la invasión de su vegetación digital en las pantallas de Times Square, que con un baile de pétalos y semillas logró abarcar varias calles de ese emblemático escenario que representa a la ciudad de Nueva York.
Con esta nueva forma de naturaleza, viva y palpitante, que confrontada con el entorno frío de las pantallas y los computadores, Steinkamp ha logrado provocar un cuestionamiento entre los espectadores en donde ellos mismos deben empezar a reflexionar y a valorar su propia relación con la naturaleza real.