Las pasarelas de la maison Chanel se han convertido en grandes shows mediáticos que involucran a todos los eslabones de esa gran cadena que es el mundo de la moda. Desde las It Girls más solicitadas del mundo virtual, hasta los periodistas y fashionistas más serios, todos se dan cita bajo el enorme techo del Grand Palais de París, temporada tras temporada, para atender al llamado de Karl Lagerfeld, el gran Kaiser de la moda y director artístico de la casa, quien les muestra sus más recientes creaciones a través de los teatrales montajes que lo han hecho famoso. En este sentido, la más reciente semana de la moda de París no fue excepción.
El pasado 10 de marzo, el Grand Palais se convirtió en una tradicional brasserie parisina, que bajo el nombre de Brasserie Gabrielle ofreció a los asistentes el especial de la casa: las prendas para la temporada otoño/invierno 2015. Todos los detalles fueron cuidados, desde la invitación que recordaba los menú ofrecidos en este tipo de restaurantes, hasta los accesorios que asemejaban las pequeñas bandejas en las que se lleva la cuenta a la mesa; o los bolsos: unos inspirados en las carpetas donde se suele pasar la carta en estos lugares, otros cubiertos con platos blancos de postre, algunos con cucharas y tenedores coronados por perlas a manera de adorno.
En cuanto a las prendas, algunas de las faldas se anudaron como delantales dejando al descubierto la parte trasera, cubierta a su vez con leggins u otra falda. Sin duda otro éxito más de Lagerfeld, quien aseguró haberse inspirado en una tradición clásica francesa para contrarrestar, desde la posición de un extranjero sin fanatismos, el french bashing que se vive internacionalmente en este momento. La puesta en escena también buscaba recordar que asistir a este tipo de lugares, después de una función de teatro o tan solo a charlar con amigos o con su enamorado Boy Capelle, era una de las actividades favoritas de Coco Chanel, creadora de la maison
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