Tras un discurso político de la alcaldesa, en el que aseguró que promover la moda en Berlín y a los creativos detrás significaba también enviar un mensaje de apoyo a los creativos ucranianos que no han podido ejercer su oficio dado a la invasión rusa, se dio inicio al Berlin Fashion Week el pasado 14 de marzo. El apoyo a Ucrania no solo se manifestó de la mano de la política, sino también de diseñadores y asistentes que vistieron los colores de su bandera, azul y amarillo, y utilizaron prendas con mensajes de paz y llamados a terminar la guerra.
Como se vio reflejado en las pasarelas, las tendencias de esta temporada se inclinan hacia los colores primarios y secundarios saturados, vivos y fuertes, como el amarillo, rojo, azul, naranja y verde, seguidos muy de cerca por las paletas de morado, blanco y negro. Atrás quedaron los colores pastel, abriéndole campo a la gama de dorados y plata, y a las telas de colores llamativos donde el abanico de tonos se siente más básico y elemental, pero cuyos textiles logran captar la atención desde lejos.
Las transparencias también fueron las reinas de las pasarelas esta temporada, y así como se pudo ver en Milán, en Berlín también abundan los vestidos largos, ligeros y traslucidos, en los cuales el pezón se libera y la lencería salta a la vista, dejando muy poco a la imaginación. Pero cuando las transparencias no son las protagonistas, las telas grandes y pesadas se toman el papel principal, al igual que las chaquetas abultadas de materiales sintéticos y colores brillantes, de tallas extra grandes y telas suaves pero resistentes como el algodón Pima, o los sombreros de ala ancha o copa alta, que junto con las telas, botones y cremalleras de gran tamaño y difíciles de ignorar, se adueñan del street wear.
Da la sensación de que en esta edición del Berlin Fashion Week se estuviera dejando atrás la idea de la moda underground y la primacía de la ropa color negro para darle paso a la vida, a los colores vibrantes, que llaman la atención, algo que sin duda era necesario después de meses de confinamiento, bares y clubes cerrados, y trabajo desde casa en pijama. Los accesorios y el maquillaje también se tornan de mayor tamaño; las cuerdas y sogas terminan los acabados y las gafas pequeñas pero alargadas hacia los costados siguen siendo la sensación.
Al final, la semana de la moda terminó con el mismo espíritu con que abrió. Jean Gritsfeldt, el invitado que se suponía iba a cerrar la pasarela de Mercedes-Benz, no pudo salir de su natal Ucrania y con él se quedó su nueva colección. En un impulso creativo y solidario más de 30 diseñadores locales le ayudaron a Gritsfeldt a crear una nueva colección en menos de una semana principalmente a través de conversaciones telefónicas, y las prendas finales más que prendas de moda fueron mensajes de paz, solidaridad y esperanza; las camisas y vestidos hechos a mano estuvieron acompañados de vídeos y fotos de la guerra en Ucrania, para posteriormente darle cierre al performance con una gran bandera que cubrió la pasarela.
Diseñadores detrás de la mayoría de las fotos:
Sofia Ilmonen
Marcel Ostertag
Kilian Kerner
Esther Perbandt
Rebekka Ruétz
Elias Rumelis
Jean Gritsfeldt
Sobre el fotógrafo: Antonio Castello es un artista
visual bogotano con residencia en Berlín.
Desde 2017 ha fotografiado los eventos alrededor
del Berlinale y BFW con un estilo fotográfico
experimental y artístico.