Hay personas dispuestas a llegar muy lejos por su arte. Tan lejos, incluso, que atacarían a artistas del talle de Marina Abramović para transmitir su mensaje.
Tras una firma de libros en el Palazzo Strozzi, en Florencia, con motivo de celebración de la nueva exposición retrospectiva de la artista, The Cleaner, Abramović fue violentada – aunque salió ilesa – por el artista checo de 51 años, Vaclav Pisvejc.
¿El arma de ataque? Un lienzo con una fotografía distorsionada de Abramović, quien pensó que el hombre simplemente quería darle un regalo.
“Él se me acercó, me miró a los ojos y yo le sonreí. Pensé que era un regalo para mí,” cuenta Abramović del incidente, “En fracción de segundos su expresión cambió y se volvió violenta. El peligro siempre llega rápidamente, ¿sabes?, al igual que la muerte.”
Según el alcalde, esta no es la primera vez que Pisvejc actúa así.
A pesar, del golpe, Abramović salió ilesa del ataque. Tanto que el director de la galería, Arturo Galansino, publicó una selfie en la cuenta oficial del Palazzo Strozzi con el caption “¡Estamos bien! ¡Todo está bien!”
A pesar de la agresión, la artista serbia no planea presentar cargos. Por el contrario, quiere hablar con Pisvejc que, supuestamente, tras el ataque, dijo: “Tuve que hacerlo por mi arte.”