El festival Coachella se ha vuelto un referente en materia musical desde hace años, llevando a miles de fanáticos actos musicales de primer nivel, otros actos revolucionarios y algunos que se creerían imposibles como la mítica presentación de Daft Punk en 2006 a bordo de su pirámide de cristal. El año 2018 no fue la excepción, actos como Beyoncé, Jamiroquai, Eminem o Tyler The Creator atrajeron audiencias de todo el mundo hacia el desierto californiano en Indio con puestas en escena memorables, influencers luciendo moda controversial y un clásico del ambiente desértico, las instalaciones de arte.
Las esculturas e instalaciones de gran escala varían en materiales y evocaciones, y convierten al desolado paisaje en un espacio para meditaciones artísticas, un complemento perfecto para el experiencia de festival. A continuación una selección de los favoritos de EXCLAMA en la edición 2018:
Etherea de Eduardo Tresoldi
Tres edificios con inspiración barroca en malla de alambre de 10 a 22 metros de altura que crean durante el día un espacio para resguardarse del sol y en la noche una fuente de inspiración con la iluminación que viene desde dentro.
Spectra de Newsubstance
Inspirados en los colores del amanecer y atardecer el estudio basado en el Reino Unido erigió una columna de siete pisos de altura en la que usaron 300 ventanas de plexiglás y 3.000 luces LED. El espectador subió por la escalera de caracol bordeando la estructura por dentro observando el mundo desde diferentes perspectivas cromáticas hasta llegar a la cima donde encontró una panorámica espectacular del festival.
Supernova de R&R Studios
El estudio basado en Miami fundado por Roberto Behar y Rosario Marquardt regresan a Coachella para presentar una explosión de luz y color que los creadores interpretan como “un espejismo que se puede tocar”. La supernova se compone de 12 estrellas individuales que se extienden 12 metros en todas las direcciones que al iluminarse por la noche hipnotizó a los asistentes a la fiesta del desierto.
Palm-3 World Station de Simón Vega
El artista salvadoreño Simón Vega hizo la instalación más grande del festival con su interpretación del desastre que dejó la Guerra Fría en su paso por Centroamérica ejemplificada en la carrera espacial. Usando hoja de metal corrugado, antenas de televisión, cuerdas de ropa y señales públicas usó los elementos encontrados en los pueblos de El Salvador para recrear la estación espacial soviética Mir.